Entre pasión y entrega se mueven las musas de esta crónica. Caminan intrépidas por sobre la cabellera de esta sexagenaria mujer. Acarician su orografía mientras se encargan de hilvanar hechos e ideas y trascender el tiempo.
Su misión es cabalgar junto a la memoria de una de las voces del periodismo deportivo en Guanajay. Sencillez, amor y muchos deseos de hacer periodismo, la marcaron. Coberturas a las australianas de ciclismo y las metas volantes de la Vuelta a Cuba.
Siempre denodada, ágil, certera en los argumentos, con mirada crítica para solucionar problemas. Esa es Blanca Rosa Prieto, Blanquita para sus amigos y compañeros de labor del Inder en Guanajay: vivaz a la hora de llegar al oyente o el lector, con el trabajo periodístico terminado; toda una vida dedicada a la prensa deportiva; siempre con la verdad como bandera, aunque enfrentara inconvenientes.
Prefiere callar cuando de premios en concursos se habla. La modestia la caracteriza en su andar. Pero fue premiada en eventos de historia
deportiva y certámenes periodísticos auspiciados por el Inder. Diplomas y
trofeos a escala provincial y nacional así lo atestiguan.
Entre pasión y entrega, Blanca Rosa Prieto camina las calles de Guanajay. Siente regocijo y, a la vez, se sonrojan sus mejillas cuando la gente le aclama y saluda con cariño. También abraza la nostalgia, si le piden que escriba un
comentario o reseñe una competencia deportiva.
Aún se siente fuerte y capacitada. Las seis décadas de vida que exhibe con orgullo la muestran coloquial, fresca cual agua de río.
Si Guanajay atesora la historia de Héctor Rodríguez, Roberto Castrillo, José Ángel García y Ricardo Serrano, también habrá de reservar cierto espacio en sus páginas para esta mujer.
Figuras como la Macorina, María Teresa Vera y el majestuoso teatro frente al parque de la iglesia, han quedado para todos los tiempos. También el legado de Blanquita tendrá que pasar entre colegas a las nuevas generaciones de periodistas deportivos. Entre pasión y entrega habrán de mencionar su nombre.
