El trips de las flores del frijol (Megalurothrips usitatus) apareció en los campos artemiseños hace más de dos años. Causó estragos y dejó las plantaciones en estado deplorable. La provincia dejó de ser productora y receptora primaria de la semilla básica, para comenzar a recibirla
desde otros territorios, reveló Jesús Mirabal Díaz, jefe de producción de la UEB Semillas Artemisa.
Sin embargo, las estrategias implementadas con un sistema de siembra
temprana, unido al uso de medios biológicos y otros métodos no tradicionales, permitió que productores de conjunto con la UEB y el sistema de la Agricultura en la provincia, lograran acopiar unas 140 toneladas.
Estos resultados auguran un incremento a 120 hectáreas en el plan de
semillas de reproducción, con lo cual cubren la demanda del territorio, y el
próximo año habrá disponibilidad de semillas propias.
Jorge Luis Verde Corbo, director de la UEB, sabe que no habrá buena producción agrícola si no se logra una semilla que cumpla los estándares de calidad; de ahí que asuman el reto de iniciar la etapa de invierno apegados al chequeo, desde el propio surco.
Ya preparan condiciones a fin de arrancar (en octubre) las proyecciones
de siembra para la etapa, cuando deben plantar variedades de frijol blanco,
colorado y negro, maíz, garbanzo y varias hortalizas.
El jefe de producción habla de casi 300 hectáreas de granos, hortalizas y oleaginosas, así como raíces y tubérculos, que incluyen la papa, y suman 19 especies.
En estos momentos concluyen la captación, en toda la provincia, de los
productores que asumirán la siembra, pero en las áreas elegidas hay atrasos en la preparación de tierra, motivados principalmente por falta de combustible.
Pese a las dificultades, el año anterior Semillas Artemisa culminó los
planes de siembra y producción, con rendimientos industriales superiores a lo planificado, sin necesidad de descartar ningún lote por baja calidad.
