Ya sea para inaugurar o retomar el período lectivo, septiembre festeja los bríos del verano de una punta a otra de Cuba. El ajetreo entre cemento, arena, polvo y ansias de revitalizar, distingue las vacaciones, en especial de agosto.
La cabecera provincial también pretende rehabilitar al menos siete de sus 42 instituciones educacionales: dos círculos infantiles y cinco escuelas primarias, tres de ellas rurales, con un presupuesto de 944 680 pesos, ejecutados al 81% al cierre de este reportaje, declara Rafael Puente Cabriales, jefe de la Unidad de Aseguramiento de Educación, Cultura y Deportes.
Se trata de acciones constructivas leves, comenta el directivo, de acuerdo con la disponibilidad financiera, que tendrán continuidad el próximo año en otros planteles muy necesitados de mantenimiento.
En el círculo infantil Mi Carrusel sustituyeron 30 ventanas de madera por otras de hierro fundido en la enfermería, cocina-comedor y salones de la planta baja, pero se aprecia el acelerado deterioro de las puertas y sus marcos.
Desde finales de junio comenzaron las labores, asegura Maritza Cruz Concepción, subdirectora docente. “Empezaron a reformar la otrora área para lactantes, con el objetivo de independizar dos aulas de preescolar, una del propio círculo y la otra de la escuela primaria Ramón Mordoche”.
Al momento de nuestra visita, faltaba por colocar la puerta de una de las aulas, e iban a destupir las tuberías de los salones de la segunda planta, explica Rolando Medina Rodríguez, al frente de una brigada perteneciente a la Empresa de Construcción y Mantenimiento.
Aunque lo ideal sería terminar el cambio de ventanas, Medina Rodríguez señala como obstáculo la falta de presupuesto. Entretanto, la escasez de cemento ha ralentizado las labores en Mi Carrusel, y luego el agua, como ocurrió el 18 de agosto, cuando ni siquiera pudieron recibir a los infantes por carecer del preciado líquido.
En un círculo que data de 1990, ya agradecen renovaciones. Urge atender filtraciones en las estructuras de la segunda planta y las redes eléctricas, según comprobamos. Entonces, ¿qué perspectivas existen de continuar y profundizar los trabajos?
Retoques y esperas
Casi al final del consejo popular Toledo, radica la escuela primaria Marina Azcuy, con matrícula de 173 estudiantes. Allí las acciones constructivas se concentraron en colocar seis ventanas de hierro fundido, sustituir una taza sanitaria, enchapar uno de los baños, pintar y tapar la tubería de desagüe, precisa Josefina Cabrera Alonso, la directora.
“Priorizamos los espacios más vulnerables, como el laboratorio de computación, el almacén y el aula de preescolar. Hace años recibimos una decena de ventanas de aluminio, y fuimos mejorando la infraestructura; mas, todavía queda mucho por hacer”.
Inquieta en Marina Azcuy disponer de solo dos baños para docentes y alumnos, así como cargar cubos de agua para descargarlos, pues continúa en desuso el tanque de fibrocemento erigido en la cubierta.
Cabrera Alonso asegura que hace tiempo prometieron una turbina para llevar el agua hasta las alturas, la cual todavía no llega. Si bien este problema no detiene el proceso docente-educativo, sí conspira contra el deseo de facilitarles mayor confort.
Puente Cabriales afirma que “hemos pedido las turbinas al Ministerio de Educación. Cuando dispongamos de ellas, Marina Azcuy está entre las prioridades. Con 82 000 pesos en 2022, avanzamos en el remozamiento, que incluyó el cambio de diez luminarias”.
Planificando el 2023
Con fortalezas y limitaciones, el municipio de Artemisa reanudará el curso en septiembre, y comenzará el siguiente en noviembre. Definen la etapa arreglos de carpintería, electricidad y redes hidrosanitarias, junto a la pintura; sin embargo, prevén vigorizar las acciones en 2023.
“Propusimos 16 escuelas, incluidas las siete de este año, pero aún está por aprobar el presupuesto de 18 millones”, afirma el jefe de la Unidad de Aseguramiento municipal.
“Un programa de la Unidad Inversionista del territorio, fijado hasta 2025, pretende mejorar la categoría de los planteles. Implica disponer de agua en los baños, entre otras condiciones.
“Este año ninguno de los centros que reparamos cambia de categoría, excepto las primarias Máximo Gómez y Antonio Betancourt, que pasan de Regular a Bien. Al ser escuelas pequeñas se cambió su carpintería y rehabilitaron las redes hidráulicas y eléctricas.
“Las filtraciones en Mi Carrusel deben solucionarse, además del resto de sus puertas y el enchape de la cocina comedor. Debido a sus dimensiones, queremos completar los salones de los círculos el próximo año.
“Sumamos al plan Los Guerrilleritos, las primarias Camilo Cienfuegos, Abel Santamaría, Héroes del Moncada, Abraham Lincoln, Carbó Serviá y Ciro Redondo, la única catalogada de Mal, por lo que requiere inversión.
“Incluimos al centro mixto Cincuenta Aniversario, la escuela especial Leonardo Licor y la secundaria Manuel Valdés (evaluada de Regular por problemas con redes hidráulicas, entre otros, y para la cual demandan seis millones de pesos)”.
Asimismo, por quejas de la población sobre el deterioro de la escuela primaria Julio Antonio Mella, indagamos con el directivo acerca de una posible solución.
Puente Cabriales informó que, tras una visita de las autoridades, el centro entró en un plan de preparación de obra para confeccionar el proyecto general. “Así existirá la posibilidad de incluirla en el plan de 2024, pues conocemos su pésima situación constructiva”.
Conforman el escenario a las puertas de septiembre un compendio de restricciones económicas, esfuerzos significativos por acondicionar nuestras escuelas, cooperación de padres y maestros… y celo en la calidad de las reparaciones. Solo resta garantizar las menores trabas posibles al despertar de la sabiduría.
Por ANAY LORENZO y MARÍA CARIDAD GUINDO