Arletys es una joven madre de cinco niños, los dos más pequeños, jimaguas de ocho meses. La estancia en su hogar, un sitio en pésimas condiciones, se hizo insoportable y debió mudarse con la abuela Caridad, quien a su vez convive con un hijo enfermo de Parkinson.
Evaristo, anciano jubilado, habita junto a su esposa y suegra —paciente encamada de 97 años de edad—, una endeble construcción de madera, apuntalada por varios lugares. Esa casa de su hijo fallecido, a donde fue cuando en 2008 el Gustav le derrumbó la suya, apenas soporta el techo.
Gilma, mujer de mediana edad, cuida a hijo de 32 años, paciente PCI, con invalidez total. Enviudó desde que él era un pequeño de casi nueve años.

Desde entonces, ambos residen en una vivienda con muchos problemas que, lamentablemente, ella no puede resolver.
Los tres son vecinos de La Conchita, uno de los barrios vulnerables existentes en San Cristóbal. Son cubanos como tantos otros a quienes el Gobierno ha declarado el propósito de cambiar su realidad.
Voluntad de gobierno
Desde hace algún tiempo, en el país se trabaja en la transformación integral de barrios vulnerables, a fin de mejorar los servicios y los problemas de mayor impacto en la población; perfeccionar el sistema de atención social con un enfoque sociocultural; y fortalecer las organizaciones de masas en esos lugares, todo con el apoyo de entidades y la participación popular.
Aunque en San Cristóbal existen varias comunidades con estas características, actualmente se intervienen cuatro: La Inesita, El Vaquerito, El Mambí y La Conchita.
“Tenemos el diagnóstico de cada una, desde los puntos de vista económico y social; están identificados los principales problemas, grupos y personas vulnerables. A partir de ahí, cada institución o entidad responsable elaboró un plan de tareas”, explica Osniel Alfaro Ortega, coordinador de Programas y Objetivos de Trabajo, en el Consejo de la Administración Municipal (CAM).
“Nos notificaron cinco millones de pesos para las acciones. Además, se autorizó a algunas empresas a usar utilidades de su presupuesto, con este ánimo. El Grupo Municipal de Atención a los Barrios y Comunidades vulnerables, chequea el cumplimiento de los acuerdos”.
Los resultados de la intervención ya son palpables en las cuatro comunidades, quizás no con la prontitud y envergadura que sus habitantes quisieran y necesitan.
La Conchita
En la escuela primaria de esa comunidad ubicada en el consejo popular Taco Taco, la Empresa Agroindustrial Azucarera (EAA) 30 de Noviembre asumió labores constructivas.

“También allí, han sido atendidos 27 asistenciados socialmente (prestación monetaria temporal). Ocho núcleos recibieron diferentes tipos de calzado; tres casos, cunas; ocho, camas; y se entregaron 15 cajas decodificadoras”, asegura Alfaro Ortega.
El directivo añade como logros el completamiento de las estructuras de los CDR y la FMC; la incorporación de un profesor a tiempo completo para desarrollar actividades deportivas en el barrio; y otro, para atender el Programa Educa a tu hijo.
“Asimismo, se arreglaron el consultorio médico y la fuente de abasto de agua, y se instaló un punto de distribución del líquido en la zona del Yucayo, donde había ocho familias sin acceso a ese servicio”, agrega Víctor L. Iglesias, primer especialista en la secretaría del CAM.
No obstante, Matías García, delegado de la circunscripción 73, advierte el deterioro del caballete en la instalación de Salud, razón por la cual se moja cuando llueve. La enfermera Maidel Rodríguez y la doctora Yudith Tamayo lo confirman.
Ellas reconocen las acciones de embellecimiento y limpieza acometidas en el centro, con la participación popular. Al mismo tiempo, señalan la necesidad de tomacorrientes, luminarias y una pesa en funcionamiento. Entretanto, Iglesias asegura que la reparación del consultorio está prevista en el plan de inversiones de 2022.
En la fuente de abasto de agua, la operadora Yaíma García nos muestra el resultado de los trabajos para brindar más seguridad al lugar e impedir la inundación por lluvias, aunque restan algunos detalles.
“Hay casas a donde no llega el servicio. El sistema de bombeo se diseñó para abastecer 400 hogares aproximadamente, pero el barrio ha crecido… y las tuberías están en mal estado”.
Asuntos acuciantes
La realización de actividades culturales y deportivas en la comunidad constituye otro elemento positivo. A la vez, apunta hacia una de las más viejas dificultades acumuladas en La Conchita: el deterioro del círculo social impide usarlo.
“Cuando vienen los compañeros de Cultura y Deportes, tienen que presentarse a la intemperie: haya sol o lluvia. Además, los jóvenes no encuentran un espacio para la recreación aquí; tienen que ir a otros sitios, con el riesgo que implica trasladarse casi siempre a altas horas de la noche”, lamenta Matías, el delegado.
La inversión para recuperar el local es una de las acciones de más envergadura y más esperadas por los lugareños. “Su inicio está planificado para octubre, e incluye techado, reconstrucción de la cantina, almacén y cerca perimetral”, explica Joselín Barrios, director adjunto de la EAA 30 de Noviembre, entidad que asume la obra.
Igual de esperado, y probablemente más necesario y urgente, resulta el mejoramiento de los viales. Al no estar asfaltados y ubicarse en una zona muy baja, se tornan prácticamente intransitables con las lluvias.
“El drenaje de los caminos es tarea nuestra. Su ejecución depende de la disponibilidad de combustible, asunto muy difícil en la etapa. Sobra voluntad para hacerlo, incluso he recorrido el lugar; sé con exactitud la dimensión de las labores, pero tenemos que esperar, pues requiere de equipos altos consumidores”, declara Ovidio García, director de la UEB Azutecnia Artemisa.
Como en cualquier barrio vulnerable, las dificultades en La Conchita no son solo materiales; existen otras a solucionar mediante el diálogo con las personas y la movilización a actuar. Pero las carencias materiales existen, y no solo con presupuesto se resuelven; necesitan respaldo en recursos.
En ese escenario, y en medio de la complejidad económica que experimenta el país, están las urgencias particulares de familias como las de Arletys, Evaristo, Gilma y otras, en situaciones de vulnerabilidad, personas que requieren especial atención por lo difícil de sus circunstancias. Quizás en esa dirección sea necesario poner mucho más empeño. Tal vez sea hora de priorizar más los casos específicos, sin renunciar al propósito de dignificar nuestros barrios y comunidades vulnerables.
AZUTECNIA es una empresa que a través de sus UEB dan el paso para acometer las indicaciones del Gobierno como los es la UEB Artemisa. Tan pronto exista las posibilidades se destina las labores de rehacer los caminos por su complejidad en la comunidad de San Cristóbal