Dos semanas atrás en Artemisa, tras la rotura de la bomba de agua de la fuente de abasto finca Los Mongolos, fue preciso ejecutar una inversión que incluyó sustituirla por otra de 75 litros por segundo y ubicar un banco de transformadores de mayor capacidad, explicó Daniel Acosta Falgueira, director de la UEB Acueducto y Alcantarillado.
En la actualidad trabaja a plena capacidad y cumple su función de impulsar hacia el poblado el caudal de agua que bombean los pozos de Waterloo; sin embargo, las afectaciones eléctricas entorpecen el servicio en cuadras de los consejos populares Centro y Reparto Nuevo.
De ese modo, “se gestiona la instalación de un grupo electrógeno que garantice estabilidad”, lo cual permitiría satisfacer la demanda del preciado líquido y paliar la crisis de los últimos días”.
Si bien han adoptado acciones como el cierre de las llaves de la zona sur en la noche, el ajuste y cumplimiento de los horarios de bombeo, entre otras estrategias persiste la insatisfacción.
En tanto, Guillermo Córdoba Benítez, jefe de la sección de Recursos Hidráulicos del gobierno municipal, informó sobre la actualización del mapa hidráulico del municipio, que será un referente para labores de desobstrucción y toma de decisiones.
“Muchas llaves de desagüe han quedado ocultas o las personas construyeron sobre ellas con autorizaciones indebidas. Ese escenario complejiza cualquier trabajo y provoca diferencias en el acceso, incluso en una misma cuadra”.
No solo en la cabecera municipal se sufre la sequía. Según Acosta Falgueira permanecen afectados hace tres décadas más de 3 000 habitantes de Cayajabos, por citar solo un ejemplo independiente de Mongolos, pero también inquietante y que exige máxima atención.