El desarrollo de la agroindustria azucarera en Artemisa se ha movido por múltiples caminos que dibujan la rica historia local del sector, como lo demostraron las tres ponencias expuestas hoy en el evento Patrimonio Azucarero de Artemisa.
Los orígenes del extinto central José Martí, antes San Cristóbal, así como la evolución y desarrollo cultural de su batey, centraron la ponencia de Raúl Palenque Acevedo, un estudio aún por concluir que arrojará luz sobre el devenir de este asentamiento a seis kilómetros del centro urbano sancristobalense.
Según el ponente, ya jubilado del sector azucarero, el nacimiento del ingenio se remonta a los tiempos de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), hizo su primera zafra en 1920 y su batey conserva dos casas con más de cien años.
Palenque Acevedo se refirió a la compra del central por el coleccionista Julio Lobo y otros personajes poderosos de la Cuba neocolonial, a la discriminación racial, diferencias de clases y al poco interés de los gobiernos de turno en la atención médica y educación.
Agregó que el triunfo de la Revolución cubana (1959) cambió la realidad del batey y muchos recuerdan aquel día de 1989, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz se dirigió a los pobladores desde la entrada del cine.
Frank Paredes Bencomo, comunicador de la Empresa Agroindustrial Azucarera 30 de Noviembre, expuso detalles de la vida de Marcos de la Caridad Loaces Álvarez, no solo como azucarero por más de 50 años, sino también como investigador apasionado de la historia del deporte.
De acuerdo con Paredes Bencomo, Loaces Álvarez ahondó en la Liga Azucarera, en la presencia de los mambises en el deporte cubano y en la participación de otros hombres procedentes de distintos lugares de la América Latina en las luchas independentistas cubanas.
Daniel Suárez Rodríguez, al frente del Comité Provincial de la Unión de Historiadores de Cuba, presentó un resumen de la ponencia «Compadrazgo y familias esclavas en la feligresía de Guanajay, entre 1773 y 1806», de la investigadora y ensayista cubana Rebeca Figueredo Valdés, un significativo aporte a la historiografía de la provincia.
Suárez Rodríguez resaltó entre los múltiples valores de la investigación la referencia de la autora al origen del camino que une Guanajay y Mariel y la importancia concedida al puerto de esta última demarcación desde tiempos de la colonia.
En el evento, efectuado en el centro recreativo de la Unidad Básica de Producción Cooperativa Rigoberto Corcho López, en la capital de Artemisa, trascendieron anécdotas sobre Fidel y la historia del azúcar en Artemisa, y se reconoció el esfuerzo de los ponentes y el valor de sus estudios para la historia de la provincia, como puntos de partida para investigaciones de mayor alcance.
Los orígenes del extinto central José Martí, antes San Cristóbal, así como la evolución y desarrollo cultural de su batey, centraron la ponencia de Raúl Palenque Acevedo, un estudio aún por concluir que arrojará luz sobre el devenir de este asentamiento a seis kilómetros del centro urbano sancristobalense.
Según el ponente, ya jubilado del sector azucarero, el nacimiento del ingenio se remonta a los tiempos de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), hizo su primera zafra en 1920 y su batey conserva dos casas con más de cien años.
Palenque Acevedo se refirió a la compra del central por el coleccionista Julio Lobo y otros personajes poderosos de la Cuba neocolonial, a la discriminación racial, diferencias de clases y al poco interés de los gobiernos de turno en la atención médica y educación.
Agregó que el triunfo de la Revolución cubana (1959) cambió la realidad del batey y muchos recuerdan aquel día de 1989, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz se dirigió a los pobladores desde la entrada del cine.
Frank Paredes Bencomo, comunicador de la Empresa Agroindustrial Azucarera 30 de Noviembre, expuso detalles de la vida de Marcos de la Caridad Loaces Álvarez, no solo como azucarero por más de 50 años, sino también como investigador apasionado de la historia del deporte.
De acuerdo con Paredes Bencomo, Loaces Álvarez ahondó en la Liga Azucarera, en la presencia de los mambises en el deporte cubano y en la participación de otros hombres procedentes de distintos lugares de la América Latina en las luchas independentistas cubanas.
Daniel Suárez Rodríguez, al frente del Comité Provincial de la Unión de Historiadores de Cuba, presentó un resumen de la ponencia «Compadrazgo y familias esclavas en la feligresía de Guanajay, entre 1773 y 1806», de la investigadora y ensayista cubana Rebeca Figueredo Valdés, un significativo aporte a la historiografía de la provincia.
Suárez Rodríguez resaltó entre los múltiples valores de la investigación la referencia de la autora al origen del camino que une Guanajay y Mariel y la importancia concedida al puerto de esta última demarcación desde tiempos de la colonia.
En el evento, efectuado en el centro recreativo de la Unidad Básica de Producción Cooperativa Rigoberto Corcho López, en la capital de Artemisa, trascendieron anécdotas sobre Fidel y la historia del azúcar en Artemisa, y se reconoció el esfuerzo de los ponentes y el valor de sus estudios para la historia de la provincia, como puntos de partida para investigaciones de mayor alcance.