Solo para un pueblo acostumbrado a la generosidad del Estado, no serían noticia las 2570 tomografías gratuitas realizadas al cierre del primer semestre del año, en el hospital Ciro Redondo, de Artemisa, mientras en el mundo el costo promedio de una oscila entre 1 200 y 3 200 dólares, según artículo de la American Academy of Family Physicians.
Muchos apostarían a que nadie en la institución artemiseña de Salud ha perdido un minuto en multiplicar tales cifras, aunque encierren un mensaje rotundo en esos tres u ocho millones de dólares jamás concebidos a recaudar.
En cambio, resulta tan cotidiana la Tomografía Axial Computarizada (TAC) que en el cuerpo de guardia indicaron 674, otras 329 a pacientes ingresados y 1567, la mayor parte, desde consulta externa y por régimen ambulatorio, reveló Guianeya Encinosa Moreno, la subdirectora.
La también especialista en Medicina Interna señaló que prevalecen las tomografías de cráneo, debido a accidentes cerebrovasculares, en número considerable por urgencias y en menor proporción por estudios; les siguen las de tórax y abdomen, sobre todo a causa de estudios.
Rolando González Cabañas, especialista en Imagenología, precisó que, para una buena atención médica, es casi imprescindible contar con equipos como ese, muy útil en el diagnóstico de enfermedades cerebrovasculares, para detectar isquemias o hemorragias, y traumas. “Incluso un residente dedicó la tesis al impacto de su utilización para determinar secuelas de covid.
Sin embargo, su capacidad está al límite. Solo con los pacientes ingresados (recibe también desde los hospitales de San Cristóbal y San Antonio de los Baños) la cantidad es grande, más los turnos que se entregan para diversos estudios, no pocos innecesariamente, agregó.
Agustín Román Hernández, licenciado en Imagenología, alude a que lo han mantenido en funcionamiento mediante el ingenio de quienes contribuyen desde la electromedicina, con el rescate e integración de piezas y partes, más el cuidado de los tres licenciados y seis radiólogos.
“La sobreexplotación del equipo, de 17 años de uso, exige redoblar cuidados para alargar su vida útil y seguir brindando el servicio. Desde hace tiempo se ha convocado al empleo del método clínico, en tanto sea posible, para no indicar estos exámenes… salvo cuando definen la conducta a seguir con el paciente, y así exponerlo al mínimo de radiaciones”, añadió la subdirectora.
Y, por supuesto, en Artemisa tampoco es noticia que, durante los primeros seis meses de 2022, realizaron 939 mamografías para pesquisaje de cáncer de mamas, 482 a mujeres mayores de 50 años, 89 de las cuales fueron positivas, prueba de cuán importante resulta la pesquisa, subrayó Encinosa Moreno.