Veintitrés de agosto, cuando
surge la Federación
todas las mujeres son
palomas del mismo bando.
Siguen unidas luchando
en honor a Vilma Espín,
solamente con el fin,
algo atrevido quizás,
de ser las flores que más
perfumen en el jardín.
Para llenar el camino
de amor, cariño y belleza,
hasta la naturaleza
tiene nombre femenino.
Por el acto tan divino
de forjarnos y nacer,
Martí nos hizo saber
que no hay obra creadora
si en ella no se avizora
el alma de la mujer
Hay mujeres inmortales,
pródigas como el jardín,
Adela Azcuy, Vilma Espín,
Celia y Mariana Grajales.
Son heroínas iguales,
esas que en la producción
son eficientes y son
inquebrantables murallas
que a diario ganan batallas
para la Revolución.