Amamantar es amor, es remanso, es conexión; amamantar es también soledad, es dolor, es sentir que solo eres un biberón para tu niño. Amamantar requiere paciencia, corazón y aunque pareciera que no, requiere aprendizaje.
Abandoné la lactancia cuando mi niño tenía dos años y medio. En algún punto dejé de disfrutar ese momento único, y decidí que había llegado el final; intentamos dentro de lo posible un destete respetuoso y es ahí donde descubrí que me había preparado para lactar, sin embargo para el destete no…
Lo logramos tras un mes, porque mi niño continuó pidiendo la teta, aún cuando le explicamos que ya no se podía más, fue triste y a nivel emocional he sentido la pérdida.
A pesar de las recomendaciones oficiales de brindar el pecho hasta los dos años, en la práctica casi siempre las madres lo abandonan al año o incluso antes.
Fuimos víctimas del asombro, hubo comentarios negativos y positivos, miradas indiscretas y apoyo.
Amamanté en la playa, en un restaurante, en ocasiones tuve que detenerme en la calle para brindar el pecho; amamanté en casa, en casa de los amigos, en público, en privado, amamanté desde el alma y con cada partícula de mi ser.
Cada año el mundo celebra una semana por la lactancia. Va encaminada precisamente a la concientización sobre la importancia de la misma para los más pequeños y la madre, del 1 al 7 de agosto se realiza alrededor del mundo.
De las cosas que más me sorprendieron en este tiempo fue ver como algunos emiten criterios sin bases científicas.
Para quienes no pueden lactar, para quienes destetaron, para quienes están pensando abandonar o están lactando, desmiento tres mitos de los más escuchados en los 547 días que sostuve a mi bebé dando la teta.
El primero, esa leche ya no alimenta.
La leche materna no pierde sus propiedades con el paso del tiempo. A partir del primer año sigue siendo un alimento completo y nutritivo para un lactante y de mayor calidad que la leche vaca.
Segundo, no debes comer determinados alimentos porque al niño le darán cólicos.
«Ningún alimento consumido por la madre provoca gases en el niño», explican desde el sitio de la Asociación Española de Pediatría.
Finalmente, si le das el pecho cada vez que pide lo malcrías o debes regirte por un horario.
Lo cierto es que los bebés necesitan la leche para alimentarse, pero también el contacto físico con la madre, lactar crea un apego seguro,que será la base de su confianza y autoestima futura. La teta se ofrece a demanda cada vez que la desee.
¿Sabías que? La lactancia materna protege a la madre de diabetes, cáncer de mama y de ovario, enfermedades cardíacas y depresión posparto.
La primera leche o calostro, es rica en anticuerpos y aporta a los recién nacidos un impulso inmunológico mientras sus propios sistemas inmunológicos aún se están desarrollando.
(Datos Unicef)