No solo la música, los bailes o la arquitectura distinguen a un lugar. La identidad sabe y huele desde sus platos. Lo demostraron los chefs que condujeron un interesante intercambio culinario en la Casa de la Música, al desvelar más de una receta con sello de esta tierra.
En lugar de una aburrida conferencia, el chef de cocina internacional Jorge Junco Monserrat prefirió revelar “secretos”, curiosidades sobre la cocina regional, narrar con deliciosos ejemplos el origen y formación de la cocina en Cuba, las etnias que influyeron en su mestizaje, y realizar un recorrido de Occidente a Oriente a través de hábitos y costumbres.
Habló de nuestro plato nacional (el ajiaco criollo) y cómo se fusionó para dar origen a la caldosa del 27 de septiembre. Aludió a lo autóctono de la papa rellena en esta región, atendió a inquietudes y al pedido generalizado de repetir estos encuentros.
“En Cuba quien no tiene de congo tiene de carabalí”, aseguró respecto al mestizaje en los platos. “Además, no somos criollos. Esos fueron los hijos de españoles nacidos en Cuba. Nosotros somos rellollos”, agregó.
Pavel Pérez Noguera, presidente de la Asociación Culinaria Provincial, insistió en la idea de que la cocina no se puede desligar de la cultura, pues forma parte intrínseca de ella. “Este espacio en el Festival responde al reclamo de enaltecer los valores de nuestra cocina y, justo en momentos tan difíciles, a la necesidad de mantener una cofradía para preservar las tradiciones culinarias”.