¿Quién no conoce el Mausoleo a los Mártires de Artemisa? ¡Cuántos sentimientos provoca en sus visitantes! Allí yace la historia de una provincia, unida a la rebeldía de grandes hombres que, a cambio de su vida, brillan hoy en nuestra bandera.
Ya son 45 años del singular campo santo que resguarda los restos de aquellos jóvenes moncadistas. Ha vivido tormentas, pero le protege su pueblo y el respeto aprendido por generaciones. Se levanta majestuoso, impecable y único para sorprendernos sin importar la ocasión.
A su historia también está ligada Mabel Martínez Deulofeu, la directora, quien ha hecho de este su proyecto de vida: alude a Augusto Rivero, el arquitecto, y a los tantos que convirtieron en realidad el espectro victorioso que ilumina desde ese sitio ineludible.
“No solo resguarda los restos de los combatientes del 26 de julio, inserta a Artemisa en la historia de Cuba con un acontecimiento trascendental como fue el asalto al Cuartel Moncada. Ese hecho vinculó a Fidel con esta tierra, de forma reiterada, y formó a figuras de la talla de Ramiro Valdés o Ramón Pez Ferro.
“Este complejo histórico entrelaza las diferentes disciplinas artísticas, el amor de sus trabajadores y la tranquilidad del lugar. Todo eso ha ponderado nuestra labor y enaltecido la cultura mediante su repercusión social.
“Lo más importante es regresar, sin importar cuántas veces se haga, porque motivaciones sobran. Pretendemos que el cubo brille en La Matilde y que nuestros muertos estén rodeados de lo que irradia vida. Que el artemiseño, dondequiera que esté, recuerde su Patria chica por un lugar simbólico, imperdible, forjado en un pasado glorioso.
“Cuando nos visita el nacional, sentimos cómo reconoce su historia. Y, al público extranjero, el encuentro le permite identificar a Cuba a través del patrimonio. Es increíble intercambiar con jóvenes de otras latitudes que preguntan sobre Fidel, su relación con Artemisa, la participación en el Moncada o el encargo que dejó al futuro.
“Son 45 años de logros, aunque no trabajamos para eso. Tenemos la Categoría Especial de museo, la Réplica del machete de Máximo Gómez, el premio Monumento de mi barrio, el sello Ciro Redondo, la distinción nacional Los zapaticos de Rosa, el reconocimiento La utilidad de la Virtud, y estuvimos nominados para un premio de restauración, al que aspiramos con más esfuerzo”.
Así despierta nuestro Mausoleo cada julio. No se puede contar la historia si no se sorprende a la audiencia. Nunca serán suficientes las oportunidades de vincular a los niños, adolescentes y jóvenes; de acercarnos con orgullo a lo que somos, de creerlo y sentirlo nuestro.
Lo impulsamos, como dijo el Comandante en su última visita, “con alegría y la dignidad que nos han legado nuestros antepasados a lo largo de casi dos siglos de lucha”.
Canto al Mausoleo
Artemisa, paso y veo
hasta por la madrugada
tus mártires del Moncada
vivos en el Mausoleo.
Cada nombre es un trofeo
fugándose del olvido.
Por cada héroe caído
con cananas y fusiles,
en varios cientos de miles
de nuevo se han repetido.
Con versos del corazón,
gritemos llenos de ahínco:
¡Vivan los 45
años de su fundación!
Esa es la Revolución
cuando su coraje enseña.
En cada tarja pequeña,
como un hecho inolvidable,
queda la huella imborrable
de la sangre artemiseña.
Renito Fuentes (Uneac)