Ubicada al norte de San Cristóbal se encuentra la Fábrica de Elementos Cerámica Roja. La industria cumplirá 30 años de vida en 2023, sin dejar de honrar su principal propósito: producir rasillas, elementos para cubiertas muy demandados en Cuba.
La conocida como “fábrica de losas de azotea” o “24 Millones” y sus trabajadores, han sido testigos de una historia de paradas tecnológicas, impacto de huracanes, cambio de directivos y la prevalencia del sentido de pertenencia de los obreros.
De la historia
Edelmo Valdespino Rodríguez, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Pedro Camejo Peña, la cual integra la fábrica y las canteras cercanas, lleva en esta responsabilidad desde 2014. Antes fue comprador y conoce al dedillo muchas de sus interioridades.
Cuenta Edelmo que la fábrica arrancó en 1993. Se construyó en ese sitio por la cercanía a un rico yacimiento de arcilla y la idea de producir 24 millones de rasillas al año, de ahí uno de los nombres por los que se conoce.
“En 1994 fue necesario parar la industria por la mala calidad de sus producciones; se decidió extraer arcilla desde Pinar del Río y se modificó el molde de la rasilla. Echó a andar en 1995, pero nunca alcanzó los 24 millones, solo nueve en un año”.
Un momento complejo en su historia derivó del impacto del huracán Gustav en 2008, el cual afectó completamente la cubierta y provocó su paralización hasta 2012, cuando inició una nueva etapa, sostiene, rectorada por la Empresa de Materiales de Construcción de Artemisa (EMCART).
Renacer de la cerámica roja

Los casi 10 años bajo la tutela de EMCART, no distan mucho de los precedentes en cuanto a paralizaciones por diversos motivos, aunque se volvió a utilizar la arcilla del yacimiento cercano, de muy buena calidad, lo cual reduce costos por su acarreo.
En noviembre de 2021, tras una reparación de casi siete meses con pocos medios y el esfuerzo de sus trabajadores, reanudaron las operaciones. Cerraron el año con 275 000 rasillas, 5 600 losas, 313 710 unidades de bloques y ladrillos aligerados producidos.
De acuerdo con Camilo Alonso Morales, jefe de equipos e inversiones de EMCART, el mantenimiento a equipos claves como los laminadores primario y secundario, la extrusora y el cajón alimentador repercuten de manera directa en la eficiencia energética de la planta.
“Otra obra importante fue la reparación de la cortadora multialambre, la cual permite otorgar la dimensión adecuada a cada elemento (bloque, ladrillo, losa o rasilla) según su ficha tecnológica, y con eso asegurar su calidad”.
Grisel Cerutte Martínez, directora general de la Empresa, refirió que la producción de rasillas es fundamental como alternativa para la impermeabilización de cubiertas, ante la carencia de mantas; de ahí el impacto de este centro, único de su tipo que funciona hoy en Cuba… y arrancó este año sin dificultades.
Pertenencia como ejemplo
El ejercicio periodístico me llevó varias veces a la industria sancristobalense, un sitio donde mujeres y hombres no temen al calor del horno, al desgaste de los guantes, al durísimo trabajo y mucho menos a las paradas.
Allí conocí, entre otros, a Francisco Carrillo Mayea, ayudante de mecánica. “Imagina, llegué con 23 años y han pasado 29. He vivido las paralizaciones y recuperaciones. He manejado camiones, pero me gusta más la mecánica”.
También supe de Roylán Vives Álvarez, de 26 años. Resulta interesante que a este técnico de nivel medio en medicina veterinaria se le dé bien el oficio de soldador, muy necesario en este tipo de industria.
Conocí de Xiomara Tamayo García, auxiliar de limpieza, aunque comenzó en 1999 como apiladora de ladrillos y losas. “El trabajo es fuerte, pero la gente se lleva muy bien, somos una gran familia”.
César Revuelta Mayolina, vicepresidente de la Organización Superior de Dirección Empresarial del Grupo Empresarial de Materiales de Construcción (OSDE GEICON), reconoció como un resultado significativo de la EMCART en 2021 la puesta en marcha de la fábrica.
Resaltó que esta industria es estratégica para el país, no solo por su aporte a la producción de rasillas, sino también porque abre nuevas posibilidades de encadenamientos que deben generar otros ingresos.
Este año la planta no ha dejado de producir, tal es el ánimo y respuesta de sus trabajadores.