En abril los vecinos más próximos al hospital Ciro Redondo García en Artemisa dejaron de recibir el agua bombeada desde la institución de Salud Pública, lo cual convocó la presencia de autoridades del Gobierno y Acueducto.
Según Idalia Mendoza Fuentes, presidenta del CDR #11 y una de las primeras residentes en la zona, “prometieron a un grupo de personas entregar tanques para almacenar el líquido, y hasta la fecha no llegan. Ahora entra agua entre las 7:00 p.m. y las 7:00 a.m., con inestabilidad por afectaciones en la electricidad”.
El problema, de alguna forma, hizo relucir un proyecto inconcluso que comenzó a finales de la década del 90 del pasado siglo. La propia Idalia trabajaba en la dirección municipal de Vivienda, cuando el lugar fue declarado Zona de Desarrollo, acompañado de cuanta perspectiva implica estrenar casa.

“Lo primero para una buena urbanización sería diseñar redes hidráulicas y telefónicas, viales, puntos de venta de alimentos, bodega, farmacia…”, sostiene Mendoza Fuentes.
Otra realidad se aprecia al cruzar la Avenida 41: la restauración de la conductora de Waterloo benefició al vecindario que dispone de metros contadores para el suministro.
Resulta un hecho que los servicios no han crecido a la par de las viviendas, y ocasiona malestares frecuentes en la población en un escenario, donde las necesidades demográficas fueron más ágiles que el control y la ejecución de lo proyectado.
De los planos al terreno
Leticia Gómez Matos, presidenta de la Unión de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba en el territorio, fue la responsable de diseñar las áreas de desarrollo en torno al hospital.

Recuerda que la primera se previó al fondo de la estación de la Policía, con una salida a la central, la presencia de servicios básicos, además de soluciones para evacuar las aguas, pues “hacia allí va el escurrimiento pluvial de varias industrias”.
Asimismo, “proyectamos otras zonas de ampliación como la denominada Conejera y al fondo del Estadio 26 de Julio. Sin embargo; “se violaron las normas establecidas y las personas construyeron donde estaba previsto edificar centros estatales. Igualmente, crecieron en viviendas individuales y no contemplaron erigir edificios, los que facilitarían una solución de mayor alcance al déficit habitacional”.
Incluso, Gómez Matos declaró que el propio desnivel de las casas con respecto al trazado de las calles podría provocar inundaciones una vez que sean asfaltadas. Entonces, ¿qué hacer?
Entretanto, la arquitecta Yuleisys Ruiz González, directora de la Empresa de Servicios Técnicos del Arquitecto de la Comunidad recuerda que en 2005 actualizó el Plan del Hábitat de esta zona mientras laboraba en la Dirección de Planificación Física. “Estaba concebido incluso edificar un centro multiservicios, hacer una doble vía en la “Conejera” que entroncara con la línea férrea al poblado Las Cañas, por citar solo algunas perspectivas”.
A la vuelta de casi 30 años es prácticamente iluso pretender encontrar, tanto en la extinta Planificación Física como en el Gobierno, a los responsables directos o no de que se incumplieran los proyectos; toca intentar salvar de los sueños las exigencias inmediatas.
Variantes de la urgencia
De acuerdo con Juan Permuy Felipe, intendente del municipio “hace más de una década que se quiere urbanizar la zona, aunque otras prioridades han impedido concretar la idea. Desde 2020, cuando se inició una obra hidráulica al sur de la avenida 41 comenzamos a explorar la posibilidad de incluir en el Plan de la Economía la transformación desde el fondo de la pizarra del estadio hasta los límites con la línea del ferrocarril, al costado de la fábrica de baldosas”.
El directivo afirma que esta circunscripción 104 del consejo popular Reparto Nuevo posee el mayor número de pobladores (superior a los 1 400). Durante la pandemia, a propósito de la restauración de la Conductora de Waterloo se metraron más de 500 casas”.
En el caso de los pobladores del lateral del Ciro Redondo, “nunca tuvieron regulado el consumo de agua: lo mismo la recibían de una conductora cercana a Gelma, que del propio centro asistencial. El pozo de este se rompió y dejó de abastecer a Hemodiálisis.
“A partir de la tensa situación creada allí planteamos tres posibles alternativas: conectarlos de la fuente de abasto conocida como Los Mongolos, en la que se ejecuta una inversión a fin de solucionar planteamientos; enlazarlos con la avenida 41 y el caudal de Waterloo, o, mientras aparece un remedio definitivo, vender tanques a 35 familias desprotegidas”.
De acuerdo con Permuy, “no los hemos recibido, pero tan pronto lleguen al municipio indicamos apartarlos en la tienda de materiales de la construcción. Tampoco disponemos de acero y cemento para fundir los tanques en el módulo productivo El Jardín”, de modo que resta esperar por la prioridad requerida en un tema de esta magnitud.
Propuesta para 2023
Jorge Luis Sarmiento Díaz, delegado de la demarcación, recuerda que se planteó en alguna oportunidad dividirla en dos por su extensión, lo cual todavía espera una respuesta.
“Gracias al apoyo de los pobladores recuperamos escombros y rellenamos algunos huecos en los terraplenes. También en cierta ocasión surgió la idea de crear un Bosque Martiano, otro sueño diluido entre el tiempo y las carencias.
Sarmiento Díaz asegura tener en su poder un documento firmado con el presupuesto para asfaltar calles, lo cual parecía imposible al inicio de la investigación; en cambio, la buena noticia confirma que sí existen perspectivas.
Lo asegura Vivian Linet Domínguez Baeza, subdirectora provincial de la Vivienda. “Inicialmente hubo un proyecto de urbanización para el área, pero algunos propietarios de terrenos no respetaron los límites y la línea de fabricación. Eso obliga a adecuarnos a lo construido”.
La funcionaria precisó que esa urbanización “la encargamos a la Empresa Provincial de Servicios Técnicos del Arquitecto de la Comunidad (Sertac). Pretendíamos comenzar este año, y si bien resulta imposible hacerla completa, al menos asfaltar o trabajar en los viales”.
Sin embargo, “el actual déficit de combustible dificulta la producción de asfalto, al punto que no se han iniciado ni siquiera las contempladas en el Plan de Economía del año en el territorio. Intentamos avanzar en la documentación y la propusimos para el plan de 2023”.
Domínguez Baeza apuntó que “le orientamos a Sertac revisar soluciones para el drenaje pluvial, pues nos preocupa la altura de las viviendas con respecto a las arterias”.
Asimismo, “conciliamos con Recursos Hidráulicos la necesidad de solucionar la dificultad con el abasto de agua”, acción que debe preceder a la construcción de aceras, calles y contenes.
Entre los pendientes a urbanizar en Artemisa Domínguez Baeza menciona el barrio El Chalet y la comunidad de los médicos, además de los terrenos de El Favorito y el reparto Pablo Torres, donde las personas pagaron por adelantado años atrás y aún aguardan por el otorgamiento.
En el caso de la zona trasera del hospital, ¿cómo marcha el trabajo en Sertac? ¿Solo agua precisa este barrio en crecimiento? ¿Qué pasó con el gabinete de Etecsa destinado a comercializar teléfonos? Las precisiones, en un próximo reportaje.