Reseña la historia local de los artemiseños que Fidel los convidó a luchar, a unirse, no sin antes prepararse armas en mano e ideas en el pecho, y guardar —sobre todo— el secreto, pues ahí estaba parte del éxito.
La Logia Evolución, varias fincas, la terminal de ómnibus 35,entre otros sitios, tienen en el andar de nuestra gente de hoy el sello de la Generación del Centenario, que en grupos unos y en solitario otros con mil excusas ante sus familias, la mayoría salió el 24 de julio de 1953 a buscar la libertad a Santiago de Cuba.
Solo dos días después, los disparos en el cuartel Moncada y el Carlos Manuel de Céspedes, este último en Bayamo, consternaban a las familias de este pueblo, muchas del consejo popular La Matilde de Artemisa, donde crecieron Ramiro Valdés, Ciro Redondo, Mario Lazo… y la historia los convirtió en ejemplos.
Al Mausoleo a los Mártires de Artemisa regresan cada 26 de Julio jóvenes de generaciones de artemiseños para rendir homenaje con Guardia de Honor, y custodiar los restos de nuestros moncadistas, 17 que murieron en la acción o no sobrevivieron al triunfo de la Revolución, y el resto que vivieron el enero de 1959, pero ya acompañan a sus hermanos en el mismo recinto mortuorio.
A los muchachos de hoy con 15, 16 y 17 años se les siente orgullosos frente al nicho de Julito Díaz, de Gregorio Careaga, Tomás Álvarez Breto…, pues como asegura la caimitense Darlenys López, alumna de onceno grado de la escuela Militar Camilo Cienfuegos, de Artemisa, nos preparamos para defender la sangre que ellos derramaron por nuestra libertad.
Son 45 los estudiantes de esta institución de las FAR, que en posición de firme a 69 años de la heroica acción prestigian el Mausoleo comprometidos con la defensa del país, por vocación y lealtad, dice Lázaro Julio Fernández, de San Cristóbal, quien integra la Guardia de Honor.
Un relevo de generaciones, un centinela vigilante en el mismo barrio que los convirtió de héroes o en mártires, así vive este 26 el Mausoleo, camino a los 70 años del Moncada.