Los cubanos tenemos experiencia en enfrentar “contingencias energéticas”, tanto por déficit de combustible como por fallas en los mantenimientos a centrales eléctricas.
¿Motivos? Resultan de dominio público y golpean tanto al sector estatal como al residencial. Para evitarnos los incómodos apagones en casa, el Estado decidió hace tiempo restringir el consumo de electricidad y de portadores energéticos en los centros laborales, a partir de la implementación de medidas concretas.
Entre los mayores consumidores de energía eléctrica en el territorio figuran los hospitales; por tanto, se impone una mirada al Ciro Redondo García, de carácter provincial, sobregirado en 6,04 mW/h con respecto a su plan de abril, ascendente a 86,570 mW/h.
Rodolfo Rivera González, energético de la institución, alega que resulta muy complejo reducir el gasto, en especial cuando nos referimos a prestaciones tan vitales como rayos X, tomografías, terapia intensiva, hemodiálisis, o salones de operaciones.
Sin embargo, “los equipos de aire acondicionado de las oficinas se apagan en el pico eléctrico diurno (entre las 11:00 a.m. y la 1:00 p.m.), así como las lámparas encendidas innecesariamente”.
También Rivera González apunta que “en 2021 aprobaron un plan de consumo de 1 082,526 mW/h, inferior a lo demandado, acorde con el incremento de áreas y servicios, pero no con el arribo en diciembre de 42 nuevos split”. Y el consumo fue superior al estimado en 107,73 Mw/h, de ahí que hayan de reducir las brechas.
Según Alexei González López, el administrador, “en el centro funcionan 123 equipos de aire acondicionado, a los cuales se suman dos cámaras de frío para mantener y congelar alimentos”, tampoco contempladas en el plan, que este año se les ha notificado mes a mes.
El energético explica que han solicitado a la Empresa Eléctrica la colocación de metros contadores en departamentos con abundante consumo, como la lavandería, en aras de diferenciar el gasto por áreas.
En cambio, Yamirka Fernández Pérez, directora comercial de la Empresa Eléctrica, desestima esa solución. “La ley estipula que por cada servicio debe hacerse una medición. No es posible poner nuevos metros contadores; mas, sí deben llevar su bitácora y acomodar las cargas, a fin de emplear los más gastadores en diferentes horarios”.
Asimismo, “han de prever el incremento de equipos de clima y otros electrónicos en la demanda de energía, así como solicitar a las direcciones correspondientes el aumento del plan, de ser necesario”, aclara y advierte sobre la urgencia de ajustarse a la cuota asignada.
Un asunto serio
Conscientes de la difícil situación del sistema electroenergético nacional, nunca antes los torcedores de tabaco se habían tomado tan en serio el ahorro de energía.
La Empresa de Tabaco Torcido, entidad que asume Unidades de Base en Mayabeque y Artemisa, además de los almacenes centrales, el centro de capa y la dirección empresarial, consumió en mayo 47.583 mW/h, de 64 planificados, asegura Olga Elena Reyes Hernández, especialista en Ahorro y Uso Racional de la Energía.
El operativo de control de la bitácora incluye la lectura diaria desde cada una de las 13 entidades a cargo, y evitan posibles derroches mediante un sistema de chequeo que, de modo sorpresivo, verifica que no se violen las normas, acota Reyes Hernández.
Para el fin de semana aplican un plan mínimo de consumo, que no sobrepasa 20 kw; mientras, los días hábiles prevén 99.16 kw. Sin embargo, las UEB promedian entre el 60 y el 66% de lo asignado para una jornada.
Y, entre otras alternativas de ahorro, establecen horarios de autocorte energético; incrementan el tiempo de paralización en unidades con ventilación natural, así como revisan el estado técnico de los compresores, difusores y otros dispositivos.
De igual forma en San Cristóbal se ajustan los cinturones, incluso antes de este período. Por su diseño, la Fábrica de Losas de Azotea debiera consumir entre 120 y 130 mW/h al mes, aunque este centro de producción continua adopta hace años alternativas que disminuyen notablemente los números.
“Desde agosto de 2016, frente al agravamiento en la disponibilidad de portadores energéticos, comenzamos a desconectar equipos que casi no cumplían función debido a su deterioro, como un mezclador cubano”, explica Edelmo Valdespino, el director.
“Además, de los tres grupos de gasificación (16 quemadores cada uno) que dispone el horno, retiramos dos, y los que mantuvimos los dispersamos para cubrir mayor área. Eso permite prescindir, a su vez, de tres calentadores de paso.
“Encima, alternamos el secado artificial con el natural, cuando las condiciones climatológicas lo admiten, lo cual disminuye el gasto energético por el uso de la planta, cuyo consumo promedio asciende a 1.2 mW/h en una jornada”.
A finales de ese año, comenzaron la explotación de un yacimiento muy próximo a su instalación, que les ayudó a ahorrar más de 14 000 litros de combustible mensuales, por concepto de transportación de materia prima.
Y en el contexto actual reajustan la jornada laboral para desplazar la producción de los horarios picos.
Apagar luces; encender conciencias
Sergio García Valdés, director provincial de la Oficina Nacional para el Uso Racional de la Energía, refiere que existen 230 servicios altos consumidores, donde “hemos detectado en inspecciones la desactualización de las bitácoras que recogen la autolectura, muchos sin desagregar el plan por días, y la inexistencia de un plan de aviso sobre situaciones excepcionales”.
Ante ese escenario, las medidas incluyen “seccionar circuitos para encender solo luces necesarias de exteriores y pasillos, detener equipos consumidores que funcionan sin respaldo productivo, junto a la responsabilidad de apagar el alumbrado público en el día, por lo cual la provincia decidió encenderlo después de las 9:00 p.m.”.
García Valdés asegura que Artemisa reducía el consumo planificado al cierre del día 6, excepto Caimito, sobregirado en 75,2 mW/h desde el día primero.
Amarilis Pérez, reguladora B de portadores energéticos en la dirección general de Economía de la Administración Municipal, dijo que inciden, sobre todo en las pérdidas eléctricas (la provincia lidera en este tema) las sucedidas por transformación, por robo de corriente y equipos desfasados, además de las que deben ocurrir en cinco fronteras que tiene la localidad.
“Entre los altos consumidores tenemos a la envasadora de la Empresa Cítricos Ceiba, la Brigada Móvil, la granja avícola Michurin y las fuentes de abasto de agua”.
En cambio, los de la Mipyme Flores Betancourt demuestran cómo un plan acertado, el chequeo al consumo diario y a lo implementado, contribuyen al ahorro.
El asunto en los centros laborales precisa de mayor conciencia, fiscalización… y hasta medidas disciplinarias, según la envergadura. Nadie puede derrochar algo tan preciado como la electricidad, cuya generación implica un sacrificio descomunal en las actuales circunstancias.
POR AYDELÍN VÁZQUEZ, YAILÍN CHACÓN, ODALIS ACOSTA y MARÍA CARIDAD GUINDO