Ernesto Díaz Rodríguez acumula 15 años de trabajo en el campismo La Altura, en el municipio artemiseño de Bahía Honda, y, según dijo a la ACN, ha sido el último quinquenio, sobre todo los dos últimos años, los de más cambios a favor de la instalación.
Hacia el 2016 se edificaron un restaurante (no tenía) y un nuevo almacén, luego comenzó la construcción de la cerca perimetral de ladrillo y malla, aún por concluir, y el mejoramiento de las cabañas, lo cual incluyó el cambio de carpintería de madera por aluminio y de las redes hidráulicas tradicionales por plásticas, destacó.
Díaz Rodríguez, quien se desempeña como agente de seguridad y protección, es secretario del núcleo del Partido, y asumió la dirección del campismo ante diversas eventualidades, asegura sentirse parte de una familia dedicada por completo a la atención al cliente.
Mirelis Fiallo Mijares y Yoanis Fiallo Núñez comentaron que son fanáticas a la instalación, en la cual disfrutan al menos dos veces al año desde hace poco más de una década.
Ambas, trabajadoras de la escuela primaria Irma Echevarría Elissalt, en San Cristóbal, valoraron de muy positivo los cambios, y las acciones para mejorar el área de la parrillada, la pista de baile y el baño para que los campistas se enjuaguen al regresar de la playa.
No obstante, mostraron sus preocupaciones por la carencia de agua dulce en los baños, los problemas con el equipo de audio para la recreación, la baja cobertura para la telefonía móvil y la conectividad a Internet.
Idel Gutiérrez Fábregas, director de La Altura, explicó que cuentan con un pozo de agua dulce contaminado por la intrusión salina, de ahí que se trabaje en un proyecto para traer agua potable desde la cercana comunidad de El Morrillo.
Hasta ahora, si bien las 59 cabañas cuentan con agua salobre todo el día, el consumo de agua dulce es a través del surtido de carros cisternas y se prioriza el comedor, la elaboración de los alimentos y para beber.
Reconoció que presentan dificultades con el audio del campismo por sus años de uso, pero no dejan hacer las actividades de recreación para los campistas que requieren este medio.
Sobre las opciones recreativas resaltó el incremento de medios como pelotas, raquetas, juegos de damas, ajedrez y dominó a precios muy asequibles para su alquiler por varias horas al día.
La instalación funcionó como centro de aislamiento para contactos de casos positivos a la COVD-19, los dos turnos creados para esta emergencia atendieron a seis mil 684 personas con ayuda del personal de la salud y el sector de la educación.
El campismo debe su nombre a la playa La Altura, ubicada al norte de Bahía Honda, la de mejores condiciones en Artemisa al contar con cerca de un kilómetro y medio de largo de área de baño perteneciente de manera oficial a la instalación.
Hasta ese balneario llegan personas de toda la provincia, Pinar del Río y La Habana, de ahí que la premisa de los trabajadores del campismo, al decir del director, se sustente en un servicio de calidad para que retornen, sobre todo, ante las mejoras que hacen más acogedora su estancia.