Una larga hermandad me une al poeta y narrador bautense Jesús Sama Pacheco, quien ha visto el fruto de sus creaciones llegar en forma de libros a no pocos lectores y desde diversas editoriales cubanas y extranjeras.
Sama ha publicado recientemente el cuaderno de narraciones Cuentos de amor y aventuras, de la editorial Unicornio, obra que será presentada al público artemiseño durante la celebración de la Feria del Libro en nuestra provincia.
Sobre su persistencia creadora y su último texto publicado, conversé recientemente con el autor de títulos como En público secreto los amores y A la izquierda del padre.
A sus 72 años, ¿cuánto fervor literario permanece en Sama?
El fervor literario en mí, lejos de disminuir, aumenta. Tengo la impresión de estar comenzando y el afán es mayor; siento que no me alcanza el tiempo y que me iré de este mundo con muchas deudas con la literatura y con la vida.
¿Qué han significado para ti la lectura y la escritura?
La lectura representa una parte esencial de mi formación, no solo como escritor, también como individuo, como ser social. La escritura es la plasmación de sueños y vivencias, una de las vertientes del gozo de vivir, de ese premio que es la existencia.
¿Cuántos títulos has publicado?
Me han editado 15, siete dirigidos al lector adulto y ocho a niños y jóvenes. Los destinatarios de Cuentos de amor y aventuras, que se presenta este año, son los adolescentes.
¿Te sientes más realizado como narrador o poeta?
Un escritor jamás debe sentirse realizado. No me considero narrador, aunque otros lo afirmen; sí un poco poeta, porque la poesía es el género más condescendiente y me permite soltar los demonios que habitan en mi interior y darle cauce dentro de la creación artística hasta donde lo permite mi pequeña cuota de talento.
Cuando escribo para niños brotan los ángeles y arcángeles que también, humano al fin, yacen en mis esencias. Lástima que los demonios empujen tanto.
¿Qué podrán encontrar los lectores en un libro como Cuentos de amor y aventuras?
Se trata de nueve relatos escritos desde una perspectiva artística, evitando el viejo vicio del didactismo.
En ellos el lector podrá hallar una variada temática: celos, homofobia, discrepancias entre hermanos, amigos, padres, la sensible huella de maestros y otros adultos, que, para bien o para mal, acompañan el desarrollo del niño y del adolescente.
El lector se sentirá reflejado en esas páginas que solo pretenden aportar luz y algunas pautas indispensables para avivar la reflexión de los más jóvenes. Ese, y no otro, es el objetivo del libro.