Doce años demandó el proceso constructivo del estadio Jesús Suárez Gayol, de Mariel. ¿Cuántos tardará recuperarlo?, es una pregunta que no pocos han de hacerse ante el deterioro de esta instalación deportiva, que llegó a ser la mejor de su tipo en la otrora provincia La Habana, según varios entrevistados.
Más allá de cuánto representa para la práctica deportiva, este espacio tiene una significación especial entre los marieleños, que durante la década del ’70 no desistieron en el empeño de hacerlo realidad.
“Cuando se planteó la idea, pertenecíamos a Pinar del Río; de ahí que sea similar al Capitán San Luis. Al pasar a La Habana, no era prioridad la obra, pero gracias al empuje de los pobladores se inauguró finalmente en 1982. Allí se laboró sobremanera: hubo numerosos trabajos voluntarios”, recuerda a sus 77 años Francisco Bersach Castro, quien más tarde estuvo al frente del combinado deportivo.
El venidero 28 de septiembre, el coloso de la Villa Azul cumplirá cuatro décadas. Las huellas del tiempo y la ausencia de mantenimiento son cada vez más visibles; lo expuso en estas páginas el periodista Osniel Velasco Hernández, en dos aproximaciones previas al tema.
Ahora, sin embargo, el Jesús Suárez Gayol vislumbra una nueva esperanza, al aprobarse un millón 86 900 pesos para su recuperación, como parte del plan de inversiones. “Esto permitirá dar los primeros pasos en la ejecución de la obra, tras concluir su preparación el año anterior, proceso iniciado en 2015 con la Empresa de Proyectos Artemisa”, manifiesta el intendente Julio García Luque.
“De las acciones constructivas se encargará la Empresa Provincial del Micons. Será un trabajo de envergadura, debido al deterioro del inmueble y a su alcance, pues comprende el complejo deportivo. Demandará tiempo, en dependencia del monto asignado en cada período y la disponibilidad de recursos. Estimamos de ocho a diez años.
“Las labores a emprender en 2022 abarcan la demolición de la cubierta: los especialistas determinaron que no puede ser recuperada. Se elaboró un proyecto de demolición y, en cuanto se creen las condiciones, comenzará esta tarea.
“La etapa contempla, además, la ejecución y montaje de la carpintería exterior: las seis puertas de accesos principales, que confecciona una empresa del municipio”.
Más allá de la estructura
Julio Leonardo Martín Valdés, director de Deportes en Mariel, comenta que “aproximadamente hace tres años el Minint y el gobierno local determinaron no celebrar ningún evento masivo en la instalación, a causa del estado de las gradas.
“Durante la última Serie Provincial de Béisbol de la primera categoría, antes del azote de la pandemia, debimos trasladarnos constantemente a otros municipios. Solo se organizan encuentros entre los propios atletas del consejo popular, y no asiste público. También tienen lugar entrenamientos en el terreno”.
Encima, apenas cuentan con cuatro profesores para la práctica del béisbol: dos del combinado deportivo Mariel e igual número del de Cabañas. “No resulta suficiente para cubrir todas las categorías y tener efectividad.
“Nos golpea no disponer de la fuerza técnica necesaria. De 96 profesores en plantilla, el déficit alcanza el 29%. Cubrimos la recreación, la cultura física y el deporte con 68, insuficientes para atender cada especialidad, de acuerdo con la población de Mariel”, insiste.
¿Tan solo el estadio?
Recuperar el estadio es un planteamiento de años en los consejos populares, señala Martín Valdés y añade que “el proyecto abarca áreas aledañas como las de fútbol y boxeo (de la cual solo quedan vestigios), y el rescate de locales contiguos, a fin de destinarlos a juegos de mesa”.
Otros espacios igual precisan transformación. “Estamos enfrascados en el mantenimiento del complejo deportivo de La Boca (incluye baloncesto, balonmano y levantamiento de pesas); entretanto, se prepara la obra del área de judo y lucha de esa comunidad, con tal de acometerla en 2023.
“También se recupera el terreno de béisbol de Quiebra Hacha, donde por esfuerzo propio delimitan el acceso y limpian sus alrededores”.
Más allá de las áreas mencionadas, requieren atención “las de baloncesto, gimnasia rítmica y canotaje, ubicadas en la cabecera municipal, así como las de baloncesto y voleibol de Cabañas. Son deportes insignia, que han alcanzado buenos resultados, y es necesario crear las condiciones para su desarrollo”.
Así sucede con el béisbol, y está demostrado. No obstante, como afirma Rodolfo Velázquez Laffita, colaborador de Radio Mariel, “no renunciaremos a seguir formando peloteros de la talla de Bárbaro Dueñas, Jonder Martínez, Pedro Arozarena, Juan Carlos Millán, Luis Cuesta, Israel Sánchez y otros que brillaron en nuestras series nacionales.
“Tampoco a la presencia de decenas de niños que sueñan convertirse en grandes peloteros, ni a que la afición pueda asistir a disfrutar un juego de béisbol”.
Y Ramiro Ibáñez Roselló, quien dedicó muchos años al Inder y conoce al dedillo la instalación, agrega que el de Mariel “es un tremendo estadio.
“¡Lástima que lo hayan dejado destruir! Aquí llueve, no tarda mucho en drenar y puede comenzarse el juego. Era confortable tanto para peloteros como árbitros, y estaba bien acondicionado. ¡Cuánta utilidad tiene un centro de este tipo, no solo para la pelota! Si lo rescatamos podría convertirse en escenario de diversas actividades”.
Esperemos que las acciones despunten y puedan marchar a buen ritmo, sin otras limitantes más allá del escenario económico y la disponibilidad de recursos. Que los amantes del béisbol y el pueblo marieleño no deban esperar otros 12 años para ver resurgir el Jesús Suárez Gayol.