En menos de 48 horas, una brigada de la Empresa de Mantenimiento y Construcción del municipio cabecera asumió la rehabilitación de la vivienda carbonizada tras explotar motores eléctricos en su interior durante la madrugada del 14 de abril, un siniestro que ocasionó la muerte a la anciana de 88 años María Antonia Domínguez, en el hospital capitalino Calixto García.
Tras descorchar parte de la cubierta y las paredes de la casa, hasta este domingo se avanzaba en la salpicadura y el resano de la sala comedor y la primera habitación. Según Orlando Mederos, al frente de nueve hombres, disponen de materiales deben concluir las labores en dos semanas, después de restaurar redes eléctricas, ventanas y pisos.
Nohemí Carreño Domínguez, propietaria de la morada, confirmó que se mantiene hospitalizada en la terapia del hospital pediátrico Juan Manuel Márquez la pequeña de 8 años Joselyn Consuegra Amaro, víctima de severas quemaduras. La noticia recorrió las redes sociales, acompañada del clamor de ayuda para la niña y el resto de la familia que perdió todos sus bienes materiales ante la voracidad de las llamas.
“Hemos recibido muchas donaciones de ropa, medicamentos, culeros de adultos, entre otros recursos entregados por personas naturales e iglesias”, manifestó Carreño Domínguez.
Al mismo tiempo, agradeció la rápida respuesta del gobierno local en los trabajos constructivos, aunque necesitan también la cooperación necesaria para trasladarse a diario hasta la capital a ver a la niña, así como más apoyo en la alimentación de los constructores.
Del profundo dolor ha de nacer una y otra vez la solidaridad que nos caracteriza a nivel de cuadra, de barrio, y hasta de país, pues a la soledad de una desgracia solo la ahuyenta la mano amiga y la capacidad de encontrar alternativas con el respaldo de todos. Desafortunadamente, el hecho también llama a la reflexión sobre las llamadas “motorinas”, sus peligros y las consecuencias para la vida.