El precio de la pizza comenzó un aumento vertiginoso en estos últimos tiempos y el municipio Caimito no es la excepción. En las cafeterías particulares que aún la ofertan, el precio oscila desde los 35 pesos a 70, la típica de queso y el agrego encarece aún más la oferta.
El panorama económico cubano actual y la inflación influyen en el aumento del valor de los productos en el mercado informal.
Este plato típico italiano, pero adoptado por nuestra cocina, llegó para quedarse y ha sido desde siempre unos de los favoritos de todos. Hoy muestra una nueva cara donde quienes los adquieren aseveran que la masa está cruda o quemada, tiene poco queso, la salsa de tomate sabe rara.
Algunos de los entrevistados explican que las pizzas están caras y en la mayoría de las ocasiones no hay correspondencia entre calidad y precio. Por su parte Esperanza Mendoza, residente del municipio, asevera que “de un tiempo a esta parte no he podido comerme una pizza”.
La pizzería los Aliados en Caimito ha gozado desde hace un tiempo de buena fama porque sus pizzas se ofertaban a precios módicos cuando se comparaba con el resto. Pasó de valer 5 pesos a 17, y finalmente se oferta la napolitana en 35 pesos.
Este restaurante pizzería pertenece a la UEB de Características Especiales, la cual ha adoptado nuevas maneras de hacer. A través de la resolución 99 se colocan los precios, ellos adquieren los productos y confeccionan una ficha de costo.
“Al no ser una entidad presupuestada, nosotros adquirimos los productos por diferentes vías. Por ejemplo: el queso, con la Empresa Pecuaria Genética Los Naranjos o con la Unidad Empresarial de Base Balkan. Las cebollas y los pimientos, a través de una CCS o con cuentapropistas”, explica Pavel Naranjo, jefe de brigada.
Esto ocasiona en buena medida el aumento final de precio del producto, el queso por ejemplo varía de una entidad a otra. Por eso no hemos logrado mantenernos en el costo de 0.61, que era nuestro objetivo desde un primer momento, expone.
“En nuestro caso hemos buscado como alternativas elaborar bambinas a la mitad del costo; ofertamos hasta 4 variedades de pizzas, incluso pizza de mortadela y jamonada. Encontrar los recursos se ha dificultado. En un tiempo elaboramos la masa acá, pero ahora mismo no lo estamos haciendo así.”
“Diariamente sacamos a la venta entre 300 y 400 pizzas, todas se venden. Como alternativa tenemos un vendedor ambulante por el municipio, aunque se prioriza la comercialización en el local”.
En entrevista con Carlos Martínez refiere que la calidad es buena, no compro siempre pero las veces que lo hecho ha estado excelente.
“En mi caso soy cliente fija, generalmente almuerzo acá, las pizzas tienen calidad y los espaguetis también. A mí solo me resta criticar la mala atención que a veces he recibido por parte de las camareras”, comenta Maite Grau.
Las redes sociales se han vuelto un sitio para volcar ciertos disgustos del día a día, allí también se puede palpar como los clientes, quienes siempre deben tener la razón, esta vez poco pueden hacer.
La escalada de los importes parece no detenerse. Degustar una pizza deliciosa se ha vuelto más bien una quimera para muchos, alejados del bolsillo de otros. Encontrarla además económica parece un sueño imposible, cuando los precios van hasta el infinito y más allá.