No hay sábados ni domingos libres para Neyda Moreira Pajón en la granja Alianza Obrero-Campesina, del municipio Artemisa. A las 7:00 a.m. comienza el día en la nave 1, y hasta las 4:00 de la tarde la recorre de punta a punta, alimentando las gallinas, barriendo y acopiando huevos.
Pero “se perdía el 1,3% de los 24 000 que recojo al mes (más de 300), a veces hasta el 1,5%, por el deterioro de los fondos de jaula. Al colocar los nuevos disminuyó a unos 100”, comenta la navera, de un cuarto de siglo en el sector.
Esa es una de las principales fisuras en la producción de la Empresa Avícola del territorio (Aviart), que aprovecha las 43 y 63 medidas aprobadas para desatar facultades y abrir las alas de la Empresa Estatal Socialista y el ramo agropecuario respectivamente.
De uno de sus encadenamientos, el que sostienen con la Unión de Industrias Militares (UIM), adquirieron 12 000 fondos de jaula, lo cual contribuye a elevar la eficiencia y a evitar la merma de huevos en todas sus UEB. De estos, 1 200 fueron destinados a la granja, explicó Roberto López Menéndez, director adjunto de la entidad.
Se benefician tres naves y más de 10 000 animales, dijo Maidys Calderín Reyes, la administradora. Asimismo, destaca el uso de alternativas mientras llega la renovación a las nueve naves restantes: atan pedazos de madera al borde de las jaulas, a fin de contener la caída de las posturas.
Una novedad desde el último trimestre de 2021 resulta la venta de huevo cascado, de forma directa, a elaboradores de dulce por cuenta propia. Por este concepto registran un ingreso de 160 000 pesos, garantizan mercado legítimo, eficacia en su gestión y el pago instantáneo a través de Transfermóvil o código QR, en aras de reducir las recurrentes cuentas por cobrar y pagar.
El vínculo con la UIM permitió avanzar en la sustitución por cinc de la cubierta de cuatro naves. La entidad cambió las de 19 naves en nueve unidades; ahora sustituye una en la UEB José Antonio Labrador y continuará con seis en Venezuela Libre.
López Menéndez agregó que la granja pone en práctica otra de las atribuciones conferidas por el Decreto Ley 34: llevar su propio estado financiero y decidir la distribución de utilidades entre los trabajadores, a partir de la riqueza generada.
Esta unidad, con capacidad para 55 000 animales y un plan anual de ocho millones de huevos, establece nexos con una Mipyme, rumbo al rescate de naves abandonadas.
También aprovecha sus tres hectáreas en la siembra de “hortalizas, granos, viandas…, y prevemos cultivar arroz en una finca cercana. Tenemos un estanque con tilapias rojas, para autoabastecernos y vender a los pobladores de Ciudad Industrial”, precisó la administradora.
Un cierre de ciclo más humano
De acuerdo con Luis Alberto Hernández Blanco, director general de Aviart, “empezamos por aplicar la primera medida: crear cuentas bancarias en divisas y adquirir créditos en SINATRUCK, entidad importadora que facilita el acceso a tecnologías para modernizar los procesos.
“Y comenzamos por la planta de incubación, los vehículos para el traslado de huevos y aves, además del matadero, pues allí se obtiene valor agregado que podemos reinvertir en el resto de la cadena”.
Tras un recorrido por el único matadero de aves en el Occidente del país, ubicado en San Antonio de los Baños, comprobamos la adquisición de cuchillos, fileteadoras y pistolas para deshuesar, entre otros implementos que humanizan el trabajo y facilitan el procesamiento a gusto del cliente.
El director adjunto de la Empresa señaló que ampliaron la capacidad de frío, al importar una torre de enfriamiento y una planta de hielo capaz de suministrar cuatro toneladas cada tres horas. Fue posible gracias a un crédito superior a los 150 000 dólares, con respaldo en moneda nacional de más de cinco millones, que se saldó en 2021.
Del mismo modo, la UIM les ha garantizado mesetas de acero inoxidable, muy necesarias para procesar la materia prima, junto a la pintura especializada del área de producción.
Según el directivo, no desaprovechan ni siquiera plumas, sangre o animales deformes: “los empleamos en la elaboración de pienso, e incorporamos proteína”.
Al momento de nuestra visita, en el matadero no trabajaban por falta de fuel oil. Alta consumidora de energía eléctrica y agua, la unidad atraviesa por una considerable inversión, aunque “se ha pensado importar incluso un matadero moderno y más económico”, comentó López Menéndez.
Despertar después de 12 años
Tras 12 años cerrada, por estos días se cumple el primer año del regreso de la unidad Frank País, también en la Villa del Humor. Dedicada a la avicultura alternativa, donde criaban aves rústicas y semirústicas, hoy se abre a la ceba de pollos mediante el concurso de capital foráneo.
Es una de las alternativas contempladas entre las 63 medidas para estimular la producción de alimentos desde lo local, además de las negociaciones con personas naturales.
Ronald González Rodríguez administra la granja de 20 naves. En 2021 recuperaron cinco, y prevén cuatro en 2022. La empresa arrenda el espacio, vende los pollos y el pienso, y presta servicios veterinarios, de sacrificio y conservación. Así el titular del negocio entrega el 30% de lo producido.
“Los pollos permanecen hasta 42 días. Deben alcanzar dos kilogramos. Al cierre del año pasado obtuvimos 70 toneladas de carne. La mortalidad entre los ejemplares es baja; les suministramos vitaminas, y velamos por la alimentación y el bienestar de los pollitos en ruedos de inicio, donde mantienen el calor los primeros días”.
Ningún cuidado resulta poco en esta etapa de vida de las aves, para evitar bacterias, enfermedades respiratorias… Mas, no se conforman solo con eso: a la par, siembran cultivos varios con tal de autoabastecerse.
Si se trata de saltar límites, el director general de Aviart agregó que se han encadenado con la Empresa de Automatización Integral (CEDAI), para el mejoramiento de pizarras eléctricas en granjas dedicadas a la cría y reproducción de aves rústicas y semirústicas.
Hernández Blanco informó sobre la concepción de un Proyecto de Desarrollo Local con aves exóticas en la granja Michurin, de Caimito. “Será fuente de empleo, propiciará el cierre del ciclo productivo en una losa sanitaria, aportará especies para los módulos pecuarios y embriones de exportación”.
Al mismo tiempo avanza la confección del expediente de la entidad para convertirse en exportadora e importadora, a lo cual se suma la venta directa a la Zona Especial de Desarrollo Mariel, junto a la posibilidad de retener el 50% de la divisa cobrada.
Cierto es que persisten insatisfacciones con una de las proteínas más demandadas en nuestro país; sin embargo, “no han faltado los cinco huevos normados de la canasta básica, cada mes”, recuerda el directivo.
Ahora que minimizan las trabas y la Empresa Avícola abre sus alas, solo falta esperar los resultados que auguran entre variantes, facilidades y crecientes retos de la avicultura cubana.