Siempre le llamó la atención la vida militar, pero no había encontrado el camino que la condujera a alcanzar tal propósito. A inicios de año conoció por unas amistades sobre la posibilidad de incorporarse al Servicio Militar Voluntario Femenino y no dudó en presentarse. Este 5 de abril, la joven marieleña Gretter García Gutiérrez se sumó al presente llamado, iniciando así una nueva etapa.
A este periodo, retante para muchos, le da la bienvenida con una sonrisa en su rostro y con la esperanza de que esta vez podrá continuar sus estudios y formarse como sargento instructor.
“Al concluir el noveno grado inicié la preparación como educadora de Círculo Infantil, pero en primer año debí renunciar a la carrera ante situaciones personales que no me permitieron avanzar, ni tampoco seguir mi camino en la Facultad, más tarde”, cuenta la muchacha de 22 años, quien reside en el consejo popular Cabañas.
“Tiempo después me incorporé a la Campaña Antivectorial y durante los últimos años he formado parte del colectivo de la Empresa de Asistencia y Servicios, ejerciendo como auxiliar en la Central Termoeléctrica Máximo Gómez Báez, donde también se desempeñan en el mismo rol mi mamá y mi hermana y, además, trabaja mi papá. Quiero superarme y siento que esta es la oportunidad de hacerlo, de instruirme, de alcanzar metas en la vida. Tengo muchos sueños por cumplir”, dice y su mirada denota cuánto representa para ella esta posibilidad.
“Cuando tomé la decisión, en un principio mi mamá no me entendió, las madres son muy protectoras, pero no tardó en apoyarme, sabe es lo mejor para mí y se siente orgullosa. De hecho, hoy está aquí acompañándome, al igual que mi papá. Cuando él lo supo me dio fuerzas: ‘Tú puedes, prepárate y sigue adelante’, me dijo”.
Por el Comité Militar de Mariel -el cual atiende, además, Guanajay-, se suman a este llamado un total de 59 jóvenes y Gretter es la única fémina de ambos territorios.
Inicialmente, se enfrentará a 15 días de previa en la unidad militar 1270 y luego será ubicada en otro lugar. “Sé será difícil, pero dedicaré mi mayor esfuerzo a hacerlo bien. La vida militar te enseña muchas cosas, incluso, lo que en casa puede que no hayas aprendido. También te educa en valores, los cuales resultan esenciales en la formación de cada persona y en el ejercicio profesional”.