Se necesitan más que intenciones para modificar una comunidad en condiciones de vulnerabilidad. En Macondo, de San Antonio de los Baños, no solo las viviendas, sino también, la mayoría de sus habitantes, necesitan un sacudión que les desate la esperanza y los deseos de hacer por ellos mismos.
Hasta allí llegaron los muchachos de la Unión de Jóvenes Comunistas con su espíritu transformador y con ellos llevaron a especialistas del INDER y de Cultura, e involucraron a Correos de Cuba y a entidades agrícolas cercanas al barrio.
Lo más llamativo de la jornada quedó grabado en el rostro de los niños, que desbordaban alegría tras patear un balón o intentar, una y otra vez, derrotar al bando contrario en el juego de la soga.
Correos de Cuba acercó a la comunidad la venta de tarjetas postales, revistas, periódicos y otras publicaciones impresas, mientras, Salud Pública intencionó la vacunación de refuerzo contra la COVID 19 y contra la leptospirosis, y una entidad tabacalera hizo la caldosa que la mayoría disfrutó, rayando el mediodía.

“La juventud, que en toda Cuba celebra su aniversario 60 y el 61 de la Organización de Pioneros José Martí, da una mirada diferente en este tipo de comunidad que modifica su estado de vulnerabilidad”, aseguró ante los medios de comunicación Maylen Martínez, primera secretaria de la UJC provincial.
Asimismo, brigadas constructivas del municipio de Mariel, impulsaron la rehabilitación en el edificio de Jijiga, el de mayor número de habitantes en Macondo.

Entre las viviendas a punto de concluir, se encuentra la de Omixan García, quien, además, lidera la organización juvenil en San Antonio de los Baños.
También avanza, con un gusto estético impecable, el apartamento del joven Antonio Rojas, artista de la plástica e impulsor de un proyecto comunitario de bonsái.
Están también los que no esperaron a la ayuda del gobierno y echaron manos a la obra por esfuerzo propio, tal es el caso de la familia que forman Iván López, Yanet Alarcón y sus dos hijos.
Lo cierto es que, a Macondo, con sus casi 500 viviendas en condiciones de vulnerabilidad, hay que ponerle mucho más que voluntad estatal. Se necesitan todas las manos, buenas vibras y muchas más intenciones, al estilo de la UJC.