Cuarenta años después, Omaida recuerda el 17 de marzo de 1982. Mientras se inauguraba el Hospital General Docente Comandante Pinares, en San Cristóbal, ella asistía a un curso de Reanimación de Recién Nacidos, en Pinar del Río.
Había realizado estudios en la Escuela de Enfermeras Marina Azcuy, haciendo la especialidad en Ginecobstetricia. Y aunque no estuvo en la ceremonia fundacional, muy pronto, en agosto de ese mismo año, recibía bebés en el Salón de Parto de la institución asistencial, como una de las primeras enfermeras obstetras en trabajar allí.
“Fue una experiencia muy bonita. Hicimos un esfuerzo extraordinario, porque entonces había muy poco personal formado en la especialidad. Asumíamos muchas tareas, con la satisfacción de salvar la madre y el feto. Además de las embarazadas de San Cristóbal, atendíamos las pacientes de Bahía Honda y Los Palacios”.
Desde entonces ella se ha mantenido en el centro, a excepción de los años en que cumplió cuatro misiones internacionalistas: en Angola, Gambia, Venezuela y Argelia.
“Trabajé 30 años en Parto, nueve en el Programa de Genética, y el resto del tiempo hasta hoy, en la consulta externa de Patologías Asociadas al Embarazo y Ginecología Pre y Post Operatorio”.
¿A cuántas gestantes habrá asistido Omaida en todos esos años? ¿A cuántos bebés habrá dado la bienvenida a este mundo?
¿Qué hechos han marcado su vida laboral en estos 40 años?
“Recuerdo a una paciente remitida de Bahía Honda, a las tres de la madrugada, con una presentación de cara. Ese caso ocurrió en los inicios de mi desempeño. Accionamos rápido y pudimos resolver la situación, salvando el feto y la madre, sin ninguna complicación.
“Las cuatro misiones internacionalistas fueron otra escuela en mi especialidad, porque enfrentamos tantas situaciones y tan difíciles. Siempre tratamos de resolverlas, de hacer lo mejor como obstetras, como equipo del Programa Materno Infantil, para poner en alto el nombre de Cuba”.
La veterana enfermera reconoce cuánto se ha afectado el funcionamiento del hospital en la última etapa, por diferentes factores.
“En el caso particular de la Ginecobstetricia, tuvimos que parar la actividad quirúrgica en frío. Primero por el sismo del 29 de junio, luego por la designación del hospital solo para la atención a pacientes COVID-19. En los últimos meses, las limitaciones con los recursos también nos han dificultado el avance.
“Hemos tratado de priorizar a las pacientes con cáncer. No obstante, pienso que a las mujeres con otras patologías ginecológicas también se les solucionarán sus problemas de salud, en la medida que las posibilidades lo permitan”.
Por estos días en que el Comandante Pinares cumple 40 años de fundado, Omaida Durán Miranda cuenta entre sus mayores satisfacciones, “haber convivido con este colectivo tan aguerrido, muchos de ellos fundadores, haber compartido las alegrías, las tristezas y las dificultades”.