Han pasado 40 años, pero Adelfa recuerda aquellas jornadas de trabajo voluntario a las que acudía con su esposo y cinco hijos. Se construía el hospital Comandante Pinares y muchos sancristobalenses, convocados por los sindicatos y los CDR, contribuían con tan importante empresa.
“Vivíamos muy cerca, y varias veces a la semana apoyábamos en la limpieza. Con cordeles de henequén, hacíamos una especie de hisopo para desincrustar el cemento de cristales y azulejos. Me acuerdo del espíritu movilizativo y el entusiasmo de la gente entonces”.
Gracias al esfuerzo de muchos, el 17 de marzo de 1982 se fundó el hospital, en el año del aniversario 15 de la caída en combate de Antonio Sánchez Díaz, conocido como el Comandante Pinares. Además de la alegría de inaugurar la primera institución de ese tipo en el municipio, los sancristobalenses recibieron la visita de Fidel.


Primeros pasos
Inicialmente tuvo una capacidad de ingreso de 440 camas. Contaba con servicios básicos: Medicina, Ortopedia, Ginecobstetricia, Pediatría, Cirugía, Maxilofacial, Estomatología, Psiquiatría, Urología, Angiología y Otorrinolaringología, de gran impacto en la población.
El funcionamiento de la Ginecobstetricia representó una garantía. Si bien las embarazadas eran atendidas en el Hogar Materno, ante una complicación las remitían a los hospitales de Guanajay o Pinar del Río.
“Fue una experiencia muy bonita. Hicimos un esfuerzo extraordinario, porque entonces había muy poco personal formado en la especialidad. Asumíamos muchas tareas, con la satisfacción de salvar a la madre y al feto.
Además de las gestantes de San Cristóbal, atendíamos pacientes de Bahía Honda y Los Palacios”, rememora Omaida Durán Miranda, de las primeras enfermeras obstetras del Salón de Parto.
Desde 1982, se ha mantenido en el centro, a excepción de los años en que cumplió misiones internacionalistas en Angola, Gambia, Venezuela y Argelia.
“Trabajé 30 años en Parto, nueve en el Programa de Genética, y hasta hoy en la consulta externa de Patologías Asociadas al Embarazo y Ginecología pre y post operatorio”.
¿A cuántas gestantes habrá asistido en todos esos años? ¿Cuántos bebés habrá recibido en este mundo?
Camino a la adultez
En cuatro décadas, el Hospital General Docente Comandante Pinares ha sido escenario de formación y superación de muchos profesionales, también de compromiso y dedicación a una de las labores más humanas.
Ha conservado su capacidad de ingreso, y ha crecido en especialidades, servicios y personal calificado, en términos cuantitativos y cualitativos. Hoy posee 42 especialidades médicas y presta 37 servicios, territoriales y provinciales. Dispone de 11 salones de cirugía, y 82 de sus profesionales cumplen misiones internacionalistas.
Sobresalen sus logros del Programa Materno Infantil (PAMI). En los últimos años, mantienen la tasa de mortalidad infantil por debajo del indicador nacional, y la de muerte materna en cero durante 15 años consecutivos, a excepción de 2021, cuando la COVID-19 lo impidió.
Ese ha sido el principal desafío de la doctora Maritza Alonso Pérez, integrante activa de la Comisión de Atención a la Materna Crítica y al frente de la morbilidad perinatal. Ella es muestra del aporte del hospital en la formación de profesionales: desde tercer año de la carrera, ha transitado los diferentes escaños de superación.
“Me formé y me desempeñé como especialista en Ginecología y Obstetricia. Luego cursé el Diplomado en Perinatología y trabajé en esa sala. Más tarde, fui jefa del servicio de Ginecología y Obstetricia. Tras el regreso de la misión (2013-2017) comencé como subdirectora del PAMI, y en 2020, asumí la subdirección de Asistencia Médica”.
Además de las responsabilidades docentes y de dirección, continúa su labor como obstetra, ahora especialista en II Grado. A ella es posible encontrarla en los horarios y días más inimaginables en la atención a la materna.
Trabajar al límite
En 2020, justo cuando aparecían en Cuba los primeros casos de COVID-19, Yolany Torres Martínez asumió la dirección del hospital. “Tratamos de continuar el mantenimiento constructivo y la rehabilitación del transporte, así como el perfeccionamiento de protocolos médicos de actuación y el reordenamiento de los servicios.
“Habíamos avanzado cuando el sismo del 29 de junio de 2021 provocó una pausa violenta. El centro se paralizó desde el punto de vista asistencial: se evacuó a los hospitalizados, y buena parte del personal médico, de enfermería y técnicos fueron a prestar asistencia a otros lugares”.
Comenzó una etapa intensa de recuperación. A la par, empeoró la situación epidemiológica en la provincia; en consecuencia, la instalación debió reabrir en poco tiempo para la atención al paciente con COVID-19.
Si bien el 30 de junio no tenía pacientes hospitalizados, entre el 15 y el 20 de agosto estaba colmado de ingresos, incluso por encima de su capacidad habitual.
“Esa situación demandó nuestro mayor esfuerzo hasta hoy; quizás ha sido la más compleja en estos 40 años. Me siento orgulloso de los trabajadores que han enfrentado la pandemia, por su sacrificio y compromiso, aun con casi el triple de pacientes que habitualmente atendían en un turno, con muchas dificultades, presión y la incertidumbre de la población respecto a la enfermedad”.
De vuelta a la normalidad
Tras la disminución de casos a finales de septiembre, el hospital comenzó el regreso a su dinámica habitual, aunque permaneció una sección de la cuarta planta destinada a los pacientes con covid de la provincia, incluso con una terapia exclusiva para su atención.
“Desde el punto de vista constructivo, estamos en una situación ventajosa con respecto a antes del sismo. Y ya funcionan todos los servicios habituales de atención médica, limitados por la escasez de recursos, sobre todo la actividad quirúrgica”, señala el directivo.
Con motivo del aniversario, pretenden culminar las labores de mantenimiento en la cocina y sala de fisioterapia. Además, avanzan en el reforzamiento de las estructuras dañadas el 29 de junio, y la rehabilitación en exteriores. Como ya es habitual, celebrarán una jornada científica para la exposición de las mejores experiencias.
Cuarenta años. Decirlo es fácil, sintetizarlos no tanto, ¡protagonizarlos sí es difícil!, sobre todo el 2021, cuando muchos en el Comandante Pinares demostraron su temple y, haciendo honor a su nombre, asumieron el combate en un enfrentamiento desigual… y vencieron.