¿Cómo influir, explicar, conducir los destinos de un pueblo sin suficiente preparación política y herramientas del conocimiento científico? De ahí la importancia de que los dirigentes matriculen en las universidades.
No por gusto hasta estos centros en Caimito y Bauta llegó Humberto Camilo Hernández Suárez, jefe del Departamento de Política de Cuadros del Comité Central del Partido, como parte de la visita de la organización y su estructura auxiliar a la provincia.
“Venimos a pedirles mayor aporte al desarrollo del municipio. Nunca dejen de generar ideas, ni de impulsar investigaciones y respuestas a los problemas de la producción y los servicios”, pidió a sus claustros, lo cual sin dudas los compromete a proyectar la apertura de carreras útiles como la de Contabilidad y Veterinaria.
En Bauta, localidad con grandes potencialidades en la actividad agropecuaria resulta vital la superación en este frente, así como el fortalecimiento de los núcleos del Partido y comités de base de la UJC, en los que han de analizarse los temas que preocupan al colectivo.
Por ahí parecen andar en la granja avícola Baracoa, la mayor de su tipo en el país, donde la vanguardia de los comunistas llevará a su reunión mensual los factores que provocan la muerte de gallinas.
La unidad, con un peso sustancial en el abastecimiento de la proteína a nuestra provincia y La Habana, busca alternativas para alimentar los animales, evitar la pérdida de huevos, entregar cifras superiores a las estipuladas en sus planes, algo siempre bien recibido en nuestros hogares.
Y ¿por qué aquí las tierras no llevan un poco más de la sabiduría del Instituto de Investigaciones de Granos?, fue uno de los desafíos planteados durante las conclusiones de la visita, así como la urgencia de recuperar las patrullas campesinas contra el hurto y sacrificio de ganado mayor.
Si desde lo local hay proyectos de desarrollo integradores, capaces de transformar la realidad de barrios como Payares; si revive a diario el monumento al Titán en San Pedro; si la ONAT se da prisa en orientar el nacimiento de nuevas formas de gestión que tanto aportan al presupuesto y la oferta de servicios, como la mediana empresa Helados Cid; Bauta podrá consolidar resultados e identidad.
Hernández Suárez dialogó asimismo con Henry García, copropietario del negocio, quien le puso al tanto de dificultades que encarecen la golosina, como las trabas para adquirir envases de manera directa y la escasez de azúcar refino.
Un nuevo punto de venta en el corazón del pueblo atrae la atención de todos y constituye otro augurio de prosperidad, en manos de los que trabajan y construyen el futuro desde su pedacito.