Hace siete años Ana Elena Herrera López descubrió los beneficios de trabajar la porcelana fría. A estas alturas, la colección originada con este material es impresionante. De las manos de la alquizareña salen brujas, duendes, unicornios, hadas… piezas muy peculiares.
En 2020, con el inicio de la pandemia, encontró en las redes sociales una vía para promocionar su talento. Así nació De porcelana con Ana, un proyecto que se fortalece y nos deja entrever la madurez conquistada por la artista en estos años de trabajo.
“De Porcelana con Ana surge de su necesidad insaciable de crear. Lo primero fue conocer las características del material, para moldear nuevos estilos y sorprender al público con piezas novedosas de un sello personal.
“El aprendizaje lo fui adquiriendo en las diferentes plataformas tecnológicas. Simpaticé cada vez más con este material y con las diferentes técnicas, así que quise innovar y aparecieron nuevas ideas.
“Siempre trato de ofrecer algo diferente, siguiendo una línea de trabajo, bajo la misma idea central.”
Esta otra forma de expresión artística es resultado de la educación recibida por Ana Elena durante cuatro años de estudio en la Escuela de Instructores de Arte 13 de Marzo, de San Antonio de los Baños. Tales conocimientos hacen que sea más expedito el trabajo con la porcelana fría.
Pero reconoce que su pasión es pintar cuadros, tanto en acrílico como en óleo sobre lienzo. Son la base de su formación y también la de sus hechuras.
“Antes de crear cualquier pieza realizo siempre un boceto, ya sea en el papel o en la mente. He tenido clientes que me retan, y al final el resultado ha sido el previsto; eso me complace muchísimo”.
Reparar, renovar, volver a poner algo en el estado o estimación que solía tener, es otro de los hobbies a través del cual Ana despeja su mente.
“La restauración me reconforta mucho. Hasta mis manos han llegado piezas devastadas a las que he vuelto a dar vida y color. Las personas salen muy complacidas al verla totalmente recuperada, cuando no lo creían posible”.
Sobre su secreto para impresionar con cada creación, asegura que nunca la abandonan el deseo de hacer y el amor por su obra. Cuando ambos sentimientos van de la mano, crece la autoestima de quien crea.
“También agradezco a ese público que me sigue. Unas veces dejan comentarios alentadores, otras sugieren nuevas propuestas; son una fuente de motivación.”
Y a los receptores que aún no desandan por el mundo de fantasía y color que emerge de la porcelana con Ana, les recomiendo entrar a ese universo donde el arte es expresión y sentimiento.