Kevin conquistó el gran premio del concurso nacional de dibujo infantil Con Martí desde mi Barrio, en la categoría de 5 a 9 años.
Hoja de papel a la vista y como complemento, lápices, colores, crayolas, plumones, acuarelas… No existe en ese momento una forma de hacer más cautivante. Con la guía del profe aprende nuevas técnicas y cómo fusionarlas. Desde muy pequeño descubrió el encanto de esta manifestación artística que se ha convertido en su mejor aliada, y a los nueve años Kevin Diebra Masot asegura querer ser pintor.
Apenas iniciaba el 2022 y mientras miraba la televisión transmitieron la convocatoria del concurso de dibujo infantil Con Martí desde mi Barrio. Se aproximaba el 169 aniversario del natalicio de nuestro Héroe Nacional y los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), invitaban a los pequeños cederistas a ser parte de este homenaje.
Ya avanzaba la noche, pero eso no fue impedimento para reflejar al maestro desde su mirada. Días después, cuál no fue su sorpresa al recibir la noticia de que era merecedor del gran premio del concurso, en la categoría de 5 a 9 años. “Estaba en la escuela y sentí una emoción muy grande. Me quedé paralizado. No podía creerlo”, afirma Kevin, quien cursa el tercer grado en la primaria Playa Girón, de Mariel.

Siempre le ha llamado la atención la figura del Apóstol. “Es parte de la historia, era un hombre bueno, que quería mucho a los niños, por eso me gusta pintarlo. En las clases acostumbro ver cuadros que le han hecho, mi mamá me imprime sus fotos y también lo busco en Internet. Martí luchó por la libertad de Cuba, y eso fue lo que quise mostrar en mi dibujo”.
Todos los sábados asiste a la Casa de Cultura. Así sucede desde los cuatro años. “Nos percatamos de su recurrente interés y decidimos llevarlo a las clases de pintura”, comenta Xiomara Sigas Sigas, su abuela materna. Allí lo acogió el instructor de artes plásticas Jorge William Fernández Rubiera.

“He aprendido mucho y comparto lo que hago con mis amigos. A un compañero de aula le hablé de las clases, quiso ir conmigo y le gustó. Lo mismo ocurrió con uno de mis vecinos. Ahora, ambos me acompañan en cada encuentro. Cuando mi hermanita crezca quiero llevarla”, cuenta Kevin.
“A los más pequeños hay que motivarlos. Trabajamos con diferentes técnicas. Al abordar cada tema lo presento mediante videos, y les muestro otros con imágenes de los ejercicios realizados en clases, para que visualicen el proceso que desarrollan y el resultado”, señala William.
El año pasado Kevin alcanzó el segundo lugar a nivel provincial en el concurso De donde crece la palma, y este, el tercero, en el propio certamen.
El gran premio conferido recientemente le será entregado el 18 de febrero en el Memorial José Martí, y en su CDR no pasarán por alto este momento, por lo que le preparan una cordial bienvenida.
“Feliz estoy por la felicidad de mi hijo, por su talento y el reconocimiento a años de trabajo y dedicación. Agradezco a mi mamá por darle ese empujón que necesitaba, a su profesor por aceptarlo en el taller desde tan pequeño, enseñarlo y creer en él”,manifiesta Yindra Lissandra Masot Sigas, quien junto a Jorge Youly Diebra Barbón, el papá del niño, lo apoyan constantemente en este novedoso camino que descubre cada día. Entre trazos, matices, hallazgos, invenciones, deseos de aprender y tenacidad, este fascinante mundo se le revela poco a poco, y Kevin vive su sueño a todo color