Difícil tarea la de sostener la feria del domingo en Artemisa. Sin embargo, se logra cada fin de semana, y los artemiseños gozan de una feria multiplicada, a veces mejor provista, otras con menos productos, en ocasiones hasta con ciertas iniciativas mal concebidas.
Una de las propuestas de moda consiste en los combos de alimentos. Panes con picadillo, queso, frita o cerdo asado y refresco en bolsitas de nylon o en pomos plásticos (de 350 ml o de litro y medio), a un precio variable según lo que elija el consumidor. Otros incluyen una botella de ron. Las combinaciones suelen ser diversas.
Esta es una práctica gastronómica mundial, que atrae por muchas razones. ¿La principal? Depara un ahorro al cliente, pues habitualmente propone dos productos por el precio de uno. También mejora el menú, al añadir una bebida favorita o una gran porción de papas fritas.
Algunos se arman pensando en los niños, e incluyen un regalo especial para ellos. Quienes los preparan, hasta prevén combos pequeños para quienes prefieren no gastar demasiado. La idea refuerza su atractivo con la presentación de los alimentos y un nombre bien sugerente para cada combo.
Esos no parecen ser los objetivos de los que vemos últimamente en la feria dominical de Artemisa. Siempre supuse se trataba de baja disponibilidad, de insuficiente oferta de refrescos y otros productos, cuando las primeras combinaciones ligaban a partes iguales bolsitas de refrescos y panes.
No obstante, el “encadenamiento” fue escalando en la cantidad de panes mientras la de refrescos permanecía en uno. Y el colmo sucedió con botellas de ron, atadas a ¡18 panes! Desde luego, las bebidas alcohólicas ni son necesarias ni aportan proteínas o vitaminas, incluso usualmente se les “multa”, pero ¡no hay que exagerar!
Esos panes con algo dentro ya no valen centavos; el más barato cuesta 5.50, y en la ecuación mencionada sumaban 200 pesos. Tampoco creo que estén tan abundantes para derrochar semejante cantidad en una misma persona.
En las circunstancias actuales de escasez e inflación, que perjudican la comercialización desregulada, recurrir a combos como variante de ventas no resulta descabellado: puede aliviar precios disparados e insuficiencia de recursos, con la garantía de una mejor distribución, sin coleros ni revendedores… si se organiza racionalmente.
“Para suministrar estos productos en la feria de los domingos se trabaja durante toda la semana. Se trata de garantizar cierta cantidad de panes y productos variados, a fin de que la población pueda acceder a estos y garanticen la merienda a sus hijos”, asegura Alfredo Ramos Quesada, director provincial de Comercio, Gastronomía y Servicios.
“Sabemos que no es suficiente, y la estrategia de venderlos en combos se debe a la falta de opciones y a evitar el acaparamiento y la venta desmedida”, añade.
Es muy saludable la intención. Apenas requiere más sensatez a la hora de establecer proporciones, de combinar, de hallar el equilibrio al multiplicar los panes y… lo demás.