“Con esfuerzo, voluntad y amor a lo que hacemos, no hay imposibles”. Lo ha demostrado el profe Abraham y Roland, su compañero de viaje en la formación de quienes encuentran en el judo una de sus pasiones; lo saben los que creen en los sueños y apoyan de una u otra manera su concreción, por difícil que se torne el camino.
Tras más de dos años de intenso bregar, los amantes de uno de los deportes insignias de Mariel, vuelven a tener un espacio para cultivar el talento, al inaugurarse la sala de entrenamiento de judo Obi Dorado.
“Próximamente tendremos el Campeonato Provincial, y no podremos intervenir, pues durante este tiempo el equipo no tuvo dónde entrenar. El local empleado previamente estaba en malas condiciones y, al asignarnos este espacio, debimos dedicarnos por completo a sacarlo adelante”, afirmó Abraham Domínguez, entrenador de esta disciplina en el municipio.
“Ha sido una ardua tarea. Restan detalles que con un poco de apoyo pueden resolverse. Agradezco a los padres por su incondicional ayuda, a entidades como la fábrica de cemento, la termoeléctrica, el puerto y a quienes se sumaron en la recta final.
“Pese a las condiciones en las que entrenábamos, en la etapa previa a la pandemia nos ubicamos entre los primeros puestos a nivel provincial, en diferentes categorías. Actualmente, siete marieleños se preparan en la Eide, y este año ingresará otro”, puntualizó.
“En Mariel hay talento y las medallas se empiezan a cosechar en la base. Trabajando intensamente, quizás en un año ya obtengamos resultados”.