Hace cuatro años llegaron a Inosvanni Mena Montesino con unas posturas de pasiflora. Le aseguraron que la planta no obtenía los rendimientos esperados en Cuba. Un poco escéptico se aventuró en tal empresa; no imaginó qué sucedería dos meses después, ni mucho menos el camino a recorrer a partir de ese momento.
“La cultivé donde había sembrado una arboleda de mango y aguacate. Se avecinaba el frío. Gilberto Bernal Córdova, quien atendía Plantas Medicinales en el Grupo Empresarial Agropecuario y Forestal (GEAF) Artemisa, me propuso sumarme al proyecto, me dijo que en esa época del año tendía a desaparecer, pero debía mantener el área limpia mientras llegaba la primavera, cuando entra en producción.

“A los dos meses me llamó. No podía creerme cuando le dije que estaba lista para cortarla. De inmediato, vino a la finca a corroborarlo por sí mismo”, cuenta el productor marieleño, dedicado en cuerpo y alma desde hace 12 años a la finca que nombró El Triángulo.
Nadie se explicaba cómo lo había logrado. En poco tiempo se convertiría en el mayor productor de pasiflora del país. “No se esperaban tales rendimientos”, manifiesta.
Recientemente, la finca fue visitada por el Comandante José Ramón Machado Ventura, quien lo exhortó a incrementar la producción, por la necesidad de fomentar la medicina natural tradicional, a partir de las propiedades relajantes de esa planta, que disminuye la tensión arterial y el ritmo cardíaco, ayuda a combatir el insomnio, la ansiedad, el estrés, la depresión, irritabilidad, dolores musculares…

Sin cejar en el empeño
Desde los primeros pasos, Consuelo Hernández Miranda y Ramón Montesino Morales, un matrimonio consagrado a este sitio, se ha dedicado a velar por el cuidado de la llamada flor de la pasión.
“Nunca la habíamos sembrado; por tanto, observamos cómo evolucionaba. Es difícil de lograr”, precisan.
Luego enfrentarían el reto de obtener posturas. “Nos explicaron que se daban a partir de los gajos; así lo hicimos, pero no se lograba ni una, se secaban. Tras muchos intentos fallidos, se nos ocurrió hacer una prueba: las sacamos de los retoños que venían saliendo. Y finalmente fue posible de esa manera”, señala Ramón.
Hasta 13 toneladas anuales de pasiflora han emanado de sus tierras. “Entregamos la masa verde a la UEB de Plantas Medicinales de Alquízar. El 2021 fue el año de menos producción, pues la arboleda creció, la sombra aguantó la planta y empezó a desaparecer. Logramos sacar algunas posturas y trasladarlas a otro terreno. No obstante, cumplimos el plan de Artemisa”, especifica Inosvanni.
De allí han recibido pasiflora varias provincias, además de posturas. Este año pretenden llegar a una hectárea. “Emplearemos íntegramente el área destinada a este fin, a partir de las posturas que obtengamos; decidí no venderlas más, pues hasta el momento no las han logrado y en estas tierras se dan bien. De este modo se aprovecharán mejor. Debemos superar las 12 toneladas”, puntualiza.
¿A qué se deben los resultados?
“¡A la tierra!”, responde inmediatamente, “aunque no solo va en eso; tengo un secreto que descubrí de casualidad. Me percaté que, debido a la composición del área preparada inicialmente, crecía con calidad. En otras provincias han probado en diferentes tipos de tierra, propia de estos territorios, y no rinde.
“La clave radica en la aplicación de materia orgánica. Usualmente, cuando la aplicas al terreno para sembrar debe tener una proporción de 30% y 70 de tierra. En la pasiflora es a la inversa: 70% de materia orgánica y 30 de tierra. De esa forma, la raíz tiene fuerza para desplazarse y nacen hijos por todos lados; si no, se da, pero prácticamente se queda esa sola mata”.
Con anterioridad él mismo obtenía la materia orgánica; ahora se la proporciona la Empresa Agropecuaria del Oeste. Su experiencia la ha compartido en varias oportunidades; sin embargo, “otros territorios no alcanzan los resultados esperados”. Como parte de esos intercambios ha participado en varios fórums y obtenido premios.
No imaginaría Gilberto la decisión tan acertada que tomó, al incluir esta finca entre las que formaron parte de las investigaciones para su Maestría, a la que denominó Evaluación del cultivo de pasiflora incarnata en la provincia de Artemisa, ni cuánto podría obtenerse a partir de las primeras posturas que trajo a estos predios.
“Cuando me dieron la tarea de atender Plantas Medicinales y buscar la pasiflora, apenas se conocía. Dos años después la encontré en el Escambray y traje siete plantas. Actualmente, se asevera que Artemisa es la mejor provincia en este cultivo. Inosvanni ha alcanzado rendimientos inéditos”, comenta Gilberto Bernal Córdova, actualmente especialista de Cultivos Varios en el GEAF y miembro del grupo técnico asesor de Plantas Medicinales en el país.
Pasiflora y más en El Triángulo
A tres kilómetros de la carretera principal de la comunidad marieleña conocida como El Central, puede encontrarse la finca, perteneciente a la CCSF Adalberto Pacheco.
Muy cerca de allí transcurrió la infancia de Inosvanni, quien debió mudarse al pueblo junto a su familia, al comenzarse a construir la presa. Cuando supo que estaban entregando tierras, no dudó en escoger este pedazo de su terruño por el cual siente un cariño especial. El trabajo ha sido arduo, pero ha valido la pena.
Y no solo la pasiflora prospera por esos lares. “Pese a ser producción en secano, hemos obtenido buenos resultados. Igual dedicamos tiempo y esfuerzos al plátano, la yuca, el tomate, ají, mango, guayaba, guanábana, chirimoya, cereza, ciruela… Nuestra mayor fortaleza es la frutabomba, seguida por la pasiflora. Y tras cada logro está el apoyo de mi familia, esencial e incondicional durante estos años”.
Para fortuna marieleña, un municipio poco bendecido por los alimentos que emanan del surco y del ahínco en cada faena, existen personas que no creen en imposibles. ¡Ojalá otros tantos sean capaces de descubrir los secretos de la tierra!