Difícilmente un maestro renuncia a una tarea o se amilana ante un reto por imposible que parezca. Un maestro llega, da el frente, comunica, convence, junta a todos en función de un objetivo y sale adelante. De esas herramientas que le formaron como pedagogo hace ya algunos años se vale hoy Luis Felipe Azcuy Curbelo, nuevo Primer Secretario del Partido en San Cristóbal.
Para este Licenciado en Educación Primaria, con vasta experiencia en la dirección, primero juvenil y luego partidista a varios niveles, la clave del éxito está en el trabajo en equipo y el vínculo constante con el pueblo, dos enseñanzas de Fidel que le han acompañado en cada una de las tareas afrontadas en sus 47 años de vida.
No imaginaba en sus inicios como profesor de la escuela multígrado Celestino Moreno, de su natal Bahía Honda, que tres años después su vida se alejaría de las aulas.
Ser cuadro profesional de la Juventud en el Comité Municipal de Bahía Honda fue solo el comienzo. Luego vendrían mayores empeños, como la presidencia de la Organización de Pioneros José Martí en la propia localidad por siete años y luego las responsabilidades de político-ideológico y de Primer Secretario de la UJC.
Pero sin dudas el desafío mayor de esa etapa estaba por llegar. Durante tres años se desempeñó como segundo secretario del Comité Provincial de la UJC en Pinar del Río. “Fueron años de aprendizaje constante, de mucho protagonismo de los jóvenes, cuando los trabajadores sociales dejaron huellas por todo el país con la Revolución Energética y en Pinar se experimentaban muchas transformaciones”, recuerda.
Después trabajó durante un tiempo en el Comité Nacional de la Juventud hasta ser promovido a la dirección del Partido en Bahía Honda, transitó por varias responsabilidades e incluso asumió por tiempos limitados como Primer Secretario en el norteño municipio.
Esa experiencia marcó su crecimiento y le brindó herramientas muy valiosas que asegura le sirvieron, cuando en mayo de este mismo año y durante seis meses dirigió el Partido en Candelaria, y que empleará ahora al frente de la militancia sancristobalense.
“Este es un municipio de gran importancia en la provincia, el segundo en cantidad de habitantes, con un peso económico muy grande, que produce azúcar y otros alimentos, y el Partido debe ser capaz de rectorar certeramente los procesos económicos, políticos y sociales para lograr el desarrollo y la prosperidad de los pobladores, tarea nada fácil pero posible si se pone mucho empeño”.
De sus padres aprendió la humildad y el apego a los principios de la Revolución. Florentina, su madre, le describe como un hijo y padre muy dedicado, que busca siempre el tiempo para compartir incluso con aquellos amigos de la comunidad Harlem, donde viven ambos progenitores.
“De estudiante fue muy dedicado y ejemplar, orgullo para nosotros, y ahora como padre está muy ligado a sus hijos, pendiente de cada cosa”, me cuenta.
En la familia encuentra Luis Felipe el sostén y el aliciente para salir a trabajar cada mañana sin importar cuántas horas dure la jornada.
Al regreso, la sonrisa de su pequeño de tres meses Thiago Felipe, la llamada telefónica con Yarisbey, la hija de 15 años que vive en Pinar, y el cariño ya ganado de Rosabel, la hija de los lazos afectivos con su pareja, también maestra, le reconfortan y alientan a seguir luchando, para que San Cristóbal salga adelante.