Un nuevo incentivo motiva a Misael Tamayo Vázquez y a quienes le acompañan hace años en cada emprendimiento: REMFRI se ha convertido en la primera Mipyme (Micro, pequeñas y medianas empresas) aprobada en Mariel.
Con vasta experiencia en el trabajo por cuenta propia, se dedican principalmente a las actividades de refrigeración y climatización, y acometen también labores de electricidad, chapistería, pintura y mecánica de combustión.
Ahora se suman a la incipiente forma de gestión. “Vemos en las Mipymes un nuevo modelo de desarrollo, mayores posibilidades de que el negocio sea eficiente, y la oportunidad de tener personalidad jurídica y acceso a financiamiento gubernamental”, afirma Misael, representante de la pequeña empresa constituida recientemente.
Los inicios se remontan casi dos décadas atrás, cuando incursionó como mecánico de equipos de refrigeración. “Trabajábamos en la terraza de mi casa, en un reducido espacio. Fuimos creciendo poco a poco; contratamos personal de acuerdo con la necesidad y el estudio de mercado de la zona. La CPA Osvaldo Padrón nos tendió la mano, y hace cinco años formamos un taller en áreas de la cooperativa e incrementamos las actividades”.
Los 21 trabajadores que integran el equipo ponen su empeño en potenciar la eficiencia. “Cada técnico es responsable de la labor realizada, y responde por esta; así se fomenta la calidad”, precisa.
Brindan servicios al sector estatal y particular, fundamentalmente al primero. Por eso, proyectan crear una brigada dedicada a la atención al segundo grupo, a fin de satisfacer la creciente demanda.
Más allá de los límites de la provincia también han solicitado sus servicios, y entre los principales clientes en territorio artemiseño destacan la Empresa Eléctrica, la delegación del ICRT, la Empresa de Asistencia y Servicios y el Astillero Roberto Nodarse.
“Para que una empresa funcione debe tener claro el concepto de cliente: el que crea la empresa, la mano de obra y el fondo monetario. El cliente lo es todo”, enfatiza.
Una parte significativa de la materia prima empleada procede del exterior. “Gases refrigerantes, tuberías de cobre, compresores de refrigeración, pinturas de doble componente automotriz, chapas de acero… son importados”.
Y aun entre tanto trabajo dedican tiempo a nobles empeños. “Hace años colaboramos con el municipio y la provincia. Al azotar la COVID-19, hablé con mis compañeros sobre la necesidad de apoyar al sistema de Salud y al país en estos momentos difíciles. Nos dimos a la tarea de colaborar con el policlínico Orlando Santana, de Mariel, donde atendían casos positivos.
“Durante el enfrentamiento a la pandemia y a modo de donación, hemos reparado una cámara frigorífica, cinco splits, un aire de ventana, y le cedimos al Gobierno municipal un kit de montaje de un split que debía instalarse en esa institución. Además, asumimos la reparación capital de un equipo de aire acondicionado del puesto de mando de la COVID”.
Cuando le comunicaron a Misael que llevaban más de un año intentando reparar una ambulancia, y no había sido posible, no dudó en acometer tan humana encomienda, comenta. “Estaba en condiciones críticas, principalmente el piso, los estribos y la puerta trasera. A finales de agosto entró al taller; ha sido un trabajo duro, pero lo logramos”.
Cada día se proponen nuevas metas, así que solicitaron una parcela de tres hectáreas aledaña al taller. “Queremos construir una empresa integral, con naves de trabajo, un módulo pecuario y agrícola, a fin de contribuir al autoabastecimiento de la empresa y el consumo social, dirigido esencialmente al policlínico”.
También esperan la aprobación a fin de convertirse en un proyecto de desarrollo local.
Ideas innovadoras, sueños, organización, responsabilidad, deseos de hacer y más, distinguen el diario de REMFRI, una Mipyme que desde tierra marieleña apuesta por la eficiencia y la calidad en los servicios.
