Comenzaban los primeros casos reportados con Covid 19 en nuestro país y atrás quedaba el aula. La enfermedad imponía nuevos retos, nuevas maneras de enfrentarse a la vida.
Andry González Pacheco, Subdirector Docente de la Escuela Pedagógica Rubén Martínez Villena, dejaba la tiza, la planificación de clases, las aulas para llegar a los centros de aislamiento.
Allí donde era más útil acudió en seis ocasiones, miró de frente al miedo y dejó detrás todo, hasta la familia, pero de esa batalla también salió victorioso y el aula le esperó tras esta pausa obligada.
De cómo fue el reinicio nos cuenta que «los estudiantes llegaron con muy buenas energías y entusiasmo. En estos momentos están en proceso de adaptación producto a los meses que estuvieron fuera de la escuela, para ello le hemos implementado un horario escalonado».
«Se le entregó la base material de estudio y cuentan con los docentes para lograr una preparación en correspondencia con sus necesidades y fortalezas luego de este período de confinamiento».

Volver siempre supone nuevos retos, recomenzar; pero en sus manos y la de sus compañeros está el futuro de los educadores artemiseños. «Todos deseamos la entrada de nuestros estudiantes y demás compañeros de trabajo, ansiosos estábamos por ese día.
«Como alternativa y atendiendo al cronograma orientado por el Ministerio de Educación, nuestros estudiantes comenzaron la presencialidad en los territorios donde residen. La experiencia duró tres semanas y el 8 de noviembre comenzaban con muchísima alegría las clases».
Tras una semana del inicio este joven nos cuenta cómo marcha el proceso. «La dinámica en la escuela es muy fuerte, son muchos estudiantes, muchas asignaturas, muchas especialidades; debo controlar un horario docente, mejor dicho, más de cuarenta horarios. Es muy complicado; pero entre todos vamos dando pasos de avances y rectificando cada vez; en la construcción colectiva está el éxito que logramos».