A beber de las mejores experiencias invitábamos hace un año desde las páginas de este semanario, cuando varios ejemplos de voluntad gubernamental, buen desempeño del Poder Popular y las organizaciones de masas acercaban productos de primera necesidad a las comunidades más apartadas del territorio.
Bajo el título Lo bueno sí se debe imitar, un equipo de reporteros palpó estrategias de distribución, inspiradas en San Antonio de los Baños, que satisfacían a consumidores de Guanajay, Mariel y Bahía Honda, a partir de interminables aglomeraciones en puntos de venta de Cimex y Tiendas Caribe, para adquirir pollo, detergente, picadillo, entre otros.
Desde entonces, el resto de los municipios se fue sumando paulatinamente y nacieron alternativas, maneras de hacer y rutinas propias de cada localidad, en correspondencia con sus características.
De tal forma, el 22 de septiembre de 2020 comenzó la repartición en el municipio cabecera, recuerda su intendente Juan Permuy Felipe. “Hemos procurado llegar de un modo equitativo a las 62 bodegas locales, lo que no resulta fácil”, y se ha dificultado bastante, al menos en los últimos dos meses.
“De los nueve consejos populares (cuatro urbanos y cinco rurales), dos de estos últimos: Lincoln y Lavandero, son los más desprotegidos debido a la escasez de quioscos y a la lejanía de sus comunidades”, afirma Yuliet Placeres Milián, coordinadora de Programas y Objetivos de la Administración Municipal.
Así lo aprecia Olga Lidia Hernández Collazo, vecina del batey del antiguo central Abraham Lincoln, y narra lo ocurrido en este sitio la última vez que despacharon pollo.
“Fue a finales de julio y el desorden exigió la intervención de la Policía. Desde entonces no ha venido casi nada; solo cigarro en varias ocasiones”. Precisamente, el viernes último, debían comprar detergente, desodorante y jabón, lo cual la tenía muy animada.
Mientras, Maida Fernández Valdés, también residente en la demarcación, opinó que “deberían acercarnos un poco las mercancías para comprarlas en algún local. Casi siempre los productos los despachan en Pijirigua”, un asentamiento a tres kilómetros del centro del consejo popular y el único que posee un quiosco, en este caso de Tiendas Caribe.
Vulnerable al contagio con la COVID-19 por la edad y la diabetes, le resulta demasiado engorroso desplazarse hasta allá.
Discrepancias e incomunicación
Existen en el Lincoln ocho bodegas dispersas por toda su geografía, la mayoría alejadas de Pijirigua, que para muchos es el punto donde confluye el grueso de lo enviado.
De acuerdo con Yanet Ricoarango Martín, presidenta del Consejo y delegada de la circunscripción 86, “antes teníamos un punto de venta de Cimex en el barrio Obrero y lo quitaron a raíz de la decisión de eliminar los contenedores de metal en mal estado.
“Nos pidieron identificar locales para hacer la nueva tienda; incluso supe de unas tierras sembradas de caña que proyectaban entregarlas para otros usos, entre esos el nuevo comercio, pero jamás se concretó”, y no está contemplado en el plan del próximo año, informó Danilo Pozo Conde, gerente general de la Sucursal Cimex en Artemisa, pues no se han aprobado inversiones en este sentido.
Por tanto, “Cimex ha venido de vez en cuando, si dispone de productos. Despachan en las bodegas todo el día, con prioridad para los que tienen libreta de abastecimiento.
“Casi siempre hay que desplazarse hasta Pijirigua. Imagínese la lejanía para quienes viven en Recompensa, Portugués, La Elena, la zona conocida como la curva, Oceguera, Coble y Barrancones. Además, desconozco la distribución que hace el gobierno; no puedo orientar a la población, ni esclarecer ningún criterio”.
Según Ricoarango Martín, “tampoco pretendo administrar, pero sí podríamos contribuir a una entrega más equitativa”. Agrega la funcionaria que muchas personas se ven imposibilitadas de adquirir los productos. En ocasiones reciben la ayuda de mensajeros y vecinos solidarios que achican distancias en estos parajes.
Y ante tales discrepancias, ¿qué rol han de desempeñar los delegados en esta tarea?; ¿cómo pueden lidiar entonces con las insatisfacciones del electorado?
Un poquito cada mes
Aunque todos quieren más, Bárbara Rivero Galbán, pobladora del consejo popular Toledo, reconoce que cada mes se reparte algo: picadillo, detergente, cigarros…, pero el pollo se encuentra más desaparecido por lo general.

Ella aguardaba su turno para comprar en el quiosco El Vivero, de la cadena Cimex. La cola estaba organizada el día de nuestra visita y fluía con naturalidad, gracias al apoyo de Osnayda Leal Chile, delegada de la circunscripción 25, y al frente de un equipo que se esfuerza por asistir a vulnerables y enfermos con la COVID-19.
La venta se agilizaba tras una marca suya en las libretas, junto a varios muchachos del Combinado de Deportes #2. Asimismo, “ellos apoyan en la mensajería de la balita y entregan módulos de galletas, pan y sirope, siempre que sea posible”.
Odalys López Moreno y Wilfredo Echeverría Pereda acababan de sobrevivir a la enfermedad y dieron fe de esta atención, casi extinta en otros lugares, donde esas redes de solidaridad se han quebrado.
En cuanto al alcance del quiosco, el cajero-dependiente Nelson Barrios Martín, explicó que prestan servicios a seis bodegas del consejo, y a todo el municipio, incluidas zonas rurales como Mango Dulce, La Quebrada y Barrancones.
“Cuando el gobierno lo determina hemos ido a venderles allá”, lo que no sucede con la sistematicidad necesaria.
“En Toledo la gestión administrativa es constante y la CCSF Marcos Martí coopera con el transporte a la hora de traer la mercancía”, dijo Cándido Morejón, presidente del consejo. “Avisamos con tiempo a la bodega y los núcleos a los que les corresponde, en caso de que el producto no cubra la demanda, con tal de evitar aglomeraciones sin sentido. Además, extendemos la venta hasta el mediodía siguiente, en beneficio de quienes se enteraron más tarde por diversas razones”.
Engranar esfuerzos
Juan Permuy Felipe, intendente del municipio Artemisa, ha presidido la reunión de un grupo de decisores para establecer el destino de los productos que reciben las cadenas de tiendas.
“En esos encuentros participan Cimex, Tiendas Caribe, varios presidentes de consejo, Radio Artemisa y nuestra divulgadora, pues esa planificación se da a conocer en la cuenta oficial en Facebook de la Administración Municipal.
“Llevamos el control de lo distribuido, y podemos demostrar que en el Lincoln se ha hecho de manera equilibrada”, asegura el directivo, al tiempo que refiere inquietudes del pueblo en este tema.
“Sin embargo; al gobierno le corresponde garantizar insumos de primera necesidad, categoría donde no entran, por ejemplo, champú, leche condensada y otros productos”.
La coordinadora de Programas y Objetivos precisa que, aunque se han vendido tales surtidos, “ha sido de forma intermitente, a determinadas bodegas, al no alcanzar para todas”.
Además, en Artemisa se intenta regular el expendio de galletas saladas y dulces de la Empresa Alimentaria; picadillo, croquetas y diversos surtidos en la pescadería de FloGolfo, que, de no ser adquiridos por las bodegas, se venden liberados. Y “priorizamos a niños enfermos y personas en situación de vulnerabilidad con ofertas de la Casa del Lácteo: yogurt natural, queso o dulce de leche”.
Si bien las cadenas Cimex y Tiendas Caribe, ni el resto de las entidades, están diseñadas para este tipo de operaciones, a estas alturas pocos niegan la importancia de organizar mejor la distribución, a fin de tocar más puertas y aliviar hogares.
Cerrarle el paso a los revendedores y sus abusos, frenar la especulación con los precios y continuar amparando al humilde depende de ese vital engranaje de esfuerzos y voluntades, de modo que lo poco llegue a las manos indicadas.
Hay otras comunidades que ni se acuerdan que es comprar productos de las cadenas de tiendas por vías estatales, el Poblado de Puerta de la Güira debe comprar en las cañas, y me atrevo a decir que en casi un año solo han avisado para adquirí algún producto unas 5 veces, hace poco llevaron paquetes de pollo a la bodega, supuestamente para vulnerables pero la realidad fue que se distribuyó a quien la delegada le pareció a su conveniencia.
Creo que se debería priorizar estas comunidades alejadas y sin tiendas ya que los que viven en las zonas urbanas tienen más posibilidades