Solo cuando una enfermedad respiratoria te pone al límite entre la vida y un balón de oxígeno, valoras hazañas que en otro momento pudieran ser cotidianas, de ahí las semblanzas de un par de jóvenes que en cuestiones de segundos volaron con un cargamento de balones de gas medicinal, desde la Base Aérea de San Antonio de los Baños hasta el Comandante Pinares, hoy hospital destinado solo a pacientes-COVID.
Al mando, el Capitán David Sosa Delgado, jefe de la nave de helicópteros en la Base Aérea, habló, segundos después de descender en el estadio La Bombonera, de la misión que por primera vez asume junto a otro joven piloto Primer Teniente, conscientes ambos de no escatimar esfuerzo alguno si de ellos depende la vida de otros.
A pocos metros de este helicóptero de las Fuerza Aérea Revolucionaria que daba mayor cobertura para quienes se atienden en este centro, Andrés Hernández, un anciano de 60 años de edad, sin mediar tiempo de espera, calmaba su falta de aire en el cuerpo de Guardia, después de llegar con síntomas respiratorios desde el asentamiento de Mango Jobo.

Para Idalmis Lazos, subdirectora de Medios Diagnósticos y de Laboratorios en el Comandante Pinares, este ha sido el medicamento que más los ha tenido en tensión, pues debido a la alta demanda en los últimos días, es constante el traslado de balones desde el sótano, donde está el banco de oxígeno, hasta las cuarta y tercera plantas, las únicas disponibles después del sismo que les interrumpiera el servicio total al centro hospitalario.
Artemisa vive un pico pandémico dado por el alza en los contagiados de COVID-19, y en este centro hospitalario crece la demanda de oxígeno medicinal, pues en él se atienden pacientes de los 11 municipios en las cuarta y tercera plantas habilitadas con más de 240 camas, al tiempo que entre 150 y 180 pacientes son atendidos diariamente en su cuerpo de guardia, explicó Yolany Torres, director de la institución.
De ahí que cuatro veces al día actualicemos al puesto de mando provincial acerca de la disponibilidad y la demanda del preciado gas, muchas veces imprescindible para pacientes con este virus, y que también se ha logrado dar servicios con los 11 concentradores de oxígeno con facilidad de producir de cinco a diez litros por minuto conectados a la corriente eléctrica, detalla el director.

No hay límites, ni por tierra ni por aire si de llegar hasta este centro hospitalario con el gas medicinal que salva vidas se trata, para ello no falta valentía ni en el personal de la Salud ni en los oficiales de las Fuerzas Armadas para ambos cumplir en su lucha contra la COVID-19.
Fue un orgullo inmenso el poder ayudar a los pacientes afectados por la covid-19, y no será la última vez que la Fuerza aérea revolucionaria esté a disposición de su pueblo