A poco más de una semana de la reapertura del hospital General Docente Comandante Pinares, en San Cristóbal, para la atención a enfermos de COVID-19 y sospechosos de alto riesgo, la institución amaneció este jueves a un 97 % de ocupación, al acoger 72 casos sospechosos y 76 positivos.
Ocho de las 152 camas disponibles se destinan a pacientes graves que incluyen tres posiciones de ventilación; el resto está compartido: 72 para casos confirmados y otras 72 para sospechosos. Hasta el momento solo funciona la cuarta planta y la Unidad de Cuidados Intensivos y Emergentes, en el Cuerpo de Guardia, detalló Yolany Torres Martínez, director del centro.
Ante la compleja situación epidemiológica existente en toda la provincia Artemisa, urge la recuperación de las capacidades de ingreso.
El directivo precisó que este viernes deben incorporarse algunas salas de la tercera planta. En el caso específico de las de Cuidados Intensivos (ubicadas en este nivel), “deben entrar en funcionamiento para el fin de semana. Están en fase de pruebas de los sistemas hidrosanitarios y de los test microbiológicos establecidos para su apertura”.
Actualmente el Comandante Pinares brinda servicios con el personal médico y de enfermería que no labora en otros hospitales ni centros de atención a enfermos de COVID-19, pues una cantidad significativa de sus profesionales apoya en otros sitios.
“El esfuerzo multiplicado de cada uno de ellos garantiza la asistencia a los pacientes que -independientemente de algunas insatisfacciones a las que hemos ido dando respuesta y solución- reconocen dicho esfuerzo”, declaró Torres Martínez.
“Respecto a medicamentos, insumos, medios de protección y equipamiento, hasta ahora no ha habido dificultades excepto con los test de antígenos (pruebas rápidas), que faltaron por espacio de algunas horas a inicios de semana”.
Acerca de los rumores sobre un colapso del centro médico, explicó: “el problema radica en la interpretación de algunas personas que demandan un estudio, medicamento o examen que según el criterio médico, el paciente no necesita, y eso genera falsos criterios.
“El “colapso” del hospital está en la afluencia excesiva de pacientes a su Cuerpo de Guardia, diseñado para recibir a positivos o sospechosos ya evaluados y clasificados en sus áreas de salud, y coordinados a través de un puesto de mando que funciona 24 horas.
“Las personas, algunas por desconocimiento, otras por cercanía, y otras por el temor que genera en las circunstancias actuales el sentirse enfermo, acuden a la institución sin haber pasado por ese primer paso tan importante. Esto contribuye a la demora y al “colapso” del que se habla.
Al respecto, apuntó la necesidad de lograr mayor conocimiento del manejo de los pacientes de acuerdo a los protocolos establecidos, que se revisan y ajustan sobre la marcha.
Con relación a la entrega de alimentos y otros medios a los ingresados por parte de sus familiares, debe realizarse en la puerta de acceso principal (contigua al puesto de dirección) en dos horarios: de doce del día a una de la tarde, y de cinco a seis de la tarde.
“Debe ser preferiblemente en envases desechables. Además se permiten elementos de aseo, no así equipos eléctricos, en el caso particular del ventilador tiene su implicación en la diseminación del virus en el aire aumentando el riesgo de contagio.
Aunque la lencería la garantiza el hospital, se evalúan casos según criterios de los médicos de asistencia”, precisó.
Tras la sacudida del sismo el pasado 29 de junio, en el Comandante Pinares continúan las labores constructivas con la participación de varias empresas y organismos. Al mismo tiempo, el centro mantiene los servicios ambulatorios y los de urgencia y emergencia habituales.