Raudel Estévez Torres es obrero desde hace seis años, en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Metales preciosos. También, su familia paterna tiene una historia ligada a este lugar; él solo continúa el legado.
“Los primeros en llegar fueron mis abuelos, ambos laboraban en la cocina. De sus 15 hijos, 13 trabajaron aquí en distintos momentos, hasta mi papá. Somos una familia campesina, pero yo sabía que también vendría; era mi sueño”, comenta.
Natural de Mariel, el día de nuestra visita procesaba plásticos junto a su brigada de 14 trabajadores, aunque igual trabajan cuanto material reciben.
“Aquí clasificamos el plástico por tipo. Luego lo llevamos al área de molido y envase, teniendo en cuenta los pedidos de los clientes. Existen más de 20 clasificaciones, según el color o la densidad (alta o baja). El destino final es la industria local y nacional”.
Cuando Estévez habla destila sencillez y orgullo por su oficio. Es el continuador de una herencia familiar que transita por el reciclaje, una actividad fundamental para la economía del país y la protección medioambiental.
Recuperar… y exportar

En esta unidad de 34 trabajadores, donde 24 están vinculados a la producción, procesan metales preciosos, así como los no ferrosos, productos no metálicos (incluyen papel, cartón, cristal…) y la chatarra ferrosa.
Existen afectaciones por la pandemia de la COVID-19, además de un decrecimiento en la generación de desechos, pero no se detienen en la creación de valores.
“Nuestro plan mensual asciende a 4.6 millones de pesos, con un cumplimiento hasta la fecha del 108%; al inicio del año tuvimos incumplimientos y trabajamos para recuperarlos”, manifiesta José Antonio Vaillant, director de la UEB.
“Cada mes procesamos 24 toneladas de aluminio, 15 de plásticos, 25 de cobre, cinco de bronce y 30 de chatarra electrónica. También exportamos chatarra ferrosa; hasta la fecha hemos comercializado unas 10 000 toneladas”.
“La chatarra ferrosa tiene un precio en el mercado internacional de casi 400 dólares por tonelada. Lo que se pueda recuperar supone un alto impacto, desde el reciclaje hasta la producción nacional de acero”, explicó Miguel Ángel Hamadi, vicepresidente primero del Grupo Empresarial del Reciclaje, en el espacio televisivo Mesa Redonda.
“Del plan total el 86% va destinado a la exportación. Así ingresamos divisas y nos insertamos en un mercado de gran estabilidad”, acota Vaillant.
Todo eso se refleja en el salario de los trabajadores, con “un promedio mensual de 3 000 pesos, así como un pago trimestral de las utilidades de 6 000 pesos. Un 20% de las utilidades se dedica al pago anual”.
Ganadores de oro y plata
Las radiografías realizadas cuando nos fracturamos un hueso y las cintas de video, ambas consideradas basura, son usadas para obtener metales preciosos.
“Somos la única unidad del país donde se procesan metales de este tipo, como la plata y el oro. Para septiembre tendremos listos 250 kilogramos de plata destinados a la exportación: la nuestra es de una pureza de un 99.99%, apreciada como una de las mejores del mundo”, sostiene.
La plata se emplea en la joyería, fotografía, medicina y la industria electrónica, entre otros fines. Mientras, el oro se utiliza como inversión o joyería, y un 10% lo aprovecha la industria.
José Antonio Vaillant revela que esta entidad ofrece “el servicio de refinación del oro, al Banco Nacional y al Fondo Cubano de Bienes Culturales: durante el proceso le son restablecidas sus propiedades”.
Allí también obtienen el paladio, un raro metal muy usado en el sector automotriz, que se ha llegado a cotizar incluso por encima del oro.
De casa a la industria nacional
Esta UEB pertenece a la Empresa de Recuperación de Materias Primas de Artemisa, la cual a su vez se integra al Grupo Empresarial de Reciclaje y al Ministerio de Industrias.
“La materia prima nos llega por dos vías fundamentales: desde el sector estatal, a través de las empresas (por la aplicación de la Ley 1288) y desde el sector no estatal, mediante las Unidades Básicas de Recuperación, las conocidas casas de compra ubicadas en cada municipio. En esta última modalidad también se incluye la Cooperativa No Agropecuaria, en la capital provincial”, añade Vaillant.

Una vez en la entidad se pasa a la clasificación, el procesamiento y finalmente la comercialización: de ahí hasta la industria, el destino final.
Estos hombres son héroes cotidianos que no solo van tras sus sueños y las urgencias del país, sino también en pos de aprovechar al máximo cada material y aportar su granito de arena a la protección del medioambiente.
Los desechos generados por el hombre son contaminantes de efecto global que afectan la salud humana y animal. Pero ellos, con su labor diaria, demuestran que la basura de unos puede muy bien ser el tesoro de otros.
Una labor encomiable, que debua generalizarse el los hogares. Bendiciones