En el año 2015 me iniciaba oficialmente en estos menesteres del periodismo y uno de los primeros lugares que visité en el ejercicio de mi profesión fue la Escuela Nacional de Remo y Canotaje José Smith Comas, ubicada en la presa La Coronela de Caimito.
Allí me encontré con una verdadera familia formada por todos los trabajadores del centro y los atletas, entre ellos pude conversar con un Serguey Torres que entonces miraba con entusiasmo a Río 2016 y soñaba con una medalla olímpica.
Ese día hablamos de las aspiraciones personales pero sobre todo de la Escuela de la cual me dijo: “Esta escuela es la mejor que yo he visto en el mundo, aunque puede mejorar mucho. Tiene una estructura muy bien pensada, somos muy privilegiados de contar con esta instalación para nuestra preparación”.
Un tiempo después regresé y nos volvimos a encontrar, ese día iba acompañado de Fernando Dayán Jorge, y la prisa de la dupla cubana del C-2 a 1 000 m por ir al gimnasio solo nos permitió compartir unas palabras. Unos minutos más tarde tendría la dicha de entrevistar a su entrenador, Yosniel Domínguez.
Fernando Dayán y Serguey no están unidos a Artemisa solo por entrenar y casi vivir en nuestro suelo. El hombre que les indicó el camino para llegar tan lejos es un orgulloso marieleño, y en aquella entrevista se deshizo en elogios para sus pupilos y nos dio algunas claves de sus éxitos.
“Serguei y Dayán son la combinación perfecta de experiencia y juventud, se puede decir que son el motor –Dayán por su juventud y empuje- y el timón –Serguei por su larga experiencia al más alto nivel-. En 2017 sorprendieron al mundo al obtener dos subtítulos del orbe”, y luego repitieron esa presea dos años más.
En 2018 explicó que la idea del colectivo con esta dupla era mantenerlos entre los cuatro primeros del mundo por unos años más, con el objetivo de que en Tokio pudieran buscar una medalla olímpica, que no se obtenía desde 2004. ¡Y qué medalla se llevaron!
La noche del 3 de agosto, toda Cuba se levantó de sus asientos en los metros finales de aquella regata, cada uno envió desde las distancia sus mayores fuerzas para empujar con el alma esa canoa y superar a los chinos justo antes de cruzar la línea de meta.
¡Ese oro es más que merecido! ¡Ese oro es fruto del durísimo trabajo de tantas personas durante tantos años! ¡Ese oro es símbolo del coraje de los atletas cubanos! ¡Ese oro es de toda Cuba! ¡Ese oro olímpico –que era el más grande sueño de Serguey- tiene brillo de Artemisa!