Al ver su preocupante estado de salud y que el andar se le hacía difícil, muchos nos preguntábamos de dónde sacaba fuerzas el investigador y compositor Luis César Núñez para salir a la calle a buscar información de todo tipo.
Con estas informaciones podía entregar a los lectores un libro sobre la vida y obra del célebre compositor de boleros Luis Marquetti u organizar una conferencia sobre Martí y su madre doña Leonor, sobre Alejandro García Caturla y el Minorismo, o el origen de la décima cantada en La Habana.
Increíblemente, Luis sacaba esas tremendas energías que, en diversos encuentros y reuniones de la Uneac, lo llevaban a tomar la palabra para denunciar indolencias e insensibilidades en el mundo de la cultura.
Ahora recluido a tiempo completo en el hogar de ancianos Cundo Ortega, en Alquízar, Luis César tuvo la oportunidad de dar a conocer, en dos ediciones, su libro Luis Marquetti gigante del bolero, a través del sello editorial Unicornio, aunque, de manera lamentable, quedó fuera de las galeras, por su ancho volumen, otra de sus enjundiosas investigaciones: 500 años de música en La Habana.
En fecha cercana, la editorial Unos y Otros, radicada en Estados Unidos, dirigida por Armando Nuviola y especializada en la difusión de textos sobre música y deportes, sacó nuevamente al aire Luis Marquetti gigante del bolero.
Esta vez sustantivas adiciones caracterizaron la edición publicada en el país norteño, donde la música cubana, no solo en predios hispanohablantes, goza de notable popularidad.
Sobre esta publicación ha comentado la escritora Dulce María Sotolongo, quien fue su editora y anteriormente le sirviera de prologuista a otro de sus libros, Canta tu son, Nicolás (editorial José Martí), dedicado a la intensa musicalidad presente en los versos del Poeta Nacional.
“Luis es un Pilar en mayúscula para nuestra cultura. Cuando casi no podía andar, se apoyó en su amor por la música cubana. Cuando por fin se inaugure el museo dedicado a conservar la memoria de Marquetti, espero se encuentre allí en un lugar privilegiado. Alquízar fue pionero en promover los festivales de boleros. Ese mérito cultural no lo podemos olvidar nunca.”
Dulce María, quien siente verdadera pasión por el bolero, al punto de regalarnos el libro de testimonio En el balcón aquel, sobre la vida y la obra de Leopoldo Ulloa, también tuvo la suerte de ser la editora del libro Polo Montañez El Guajiro Natural, de la autoría de José Nelson García González, dedicado a este sencillo y a la vez enorme mito de la música de nuestra provincia y de toda Cuba.
Gracias a las plumas de este par de autores, dos grandes del pentagrama artemiseño, Marquetti y Polo, se impulsan nuevamente con su inmortalidad más allá de las fronteras del caimán antillano.
Y, de paso, dejan abiertas las puertas de la editorial Unos y Otros para que cualquier autor cuente la vida y la obra de quienes dejaron notable huella de su paso sonoro o de sus músculos vencedores desde las tierras de Artemisa, que son, por cierto, unos cuantos.
Luis sale con su libro más allá de la geografía cubana. El otro Luis salió desde hace mucho, desde que tomó dulcemente por asalto el corazón de los amantes del bolero en el mundo.