A finales de 1952 la Logia Masónica Evolución, de Artemisa, fue testigo del encuentro del joven abogado Fidel Castro (acompañado por Pastorita Núñez, Antonio López y Abel Santamaría) con Ramiro Valdés, José Suárez y los representantes de las células de Occidente.
Pedro Reyes, su actual secretario, revela algunos detalles de este prestigioso sitio:
1- La Logia Evolución data del 7 de julio de 1922. Su primera sede radicó en calle General Gómez, No.56, entre Colón y Montecristo, hasta 1928, cuando pasó a sesionar en la calle Céspedes 24.
2-Desde 1929 funciona en calle 52 o República, en un edificio construido bajo la responsabilidad del maestro de obras José Castro Pérez.
3-Ramón Pez Ferro poseía las llaves, en su condición de Perfecto Guía de la Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad (AJEF), por lo cual facilitó la entrada.
4-Julio Díaz González, Eduardo García Lavandero y René García Collazo, entre otros, pertenecían también a la AJEF.
5-Los jóvenes ajefistas se congregaban desde los 18 años, y a los 21 debían decidir si permanecían o no en sus filas. El Venerable Maestro en 1952 era Héctor Canciano, abogado de varios moncadistas.
6-El periódico Villa Roja, tiempo después, reflejó la reunión secreta, pues dentro de estas instituciones está prohibida la política. Martha Rojas rememoró cómo los participantes estuvieron de pie en torno al ara, el punto mayor que contiene las escrituras sagradas.
7-Los tres cirios del ara, que iluminaron el encuentro, representan al Venerable Maestro y al primer y segundo vigilante. También se entienden como el Sol, la Luna y los astros, recreados en el techo del lugar.
8-En el interior de la Logia varios símbolos refieren unidad: la bandera que los identifica, con una colmena y siete abejas, eslabones de una cadena pintados alrededor del templo y el Universo en las alturas.
9-La Logia promulga fundamentos de humanismo y solidaridad entre sus miembros. Esculturas de Hércules, Venus y Minerva, también evocan fuerza, belleza y sabiduría.
10- Martí preside la entrada; su busto acompaña a los masones, con esta idea: “Lo honrado es la brega y no ver con los brazos cruzados cómo bregan los demás”.