Diez pacientes graves y seis críticos residentes en Artemisa, entre estos últimos una pequeña de cuatro años, reportó el Ministerio de Salud Pública al cerrar el parte de la COVID-19 en la segunda jornada de julio.
El incremento de casos, en una semana que acumuló números récords de autóctonos y de pacientes ingresados cuyas pruebas de PCR evolutivos siguen dando positivas, pone en jaque al territorio con 144 controles de focos abiertos y un universo de 12 430 personas a analizar, de las cuales ya se ha estudiado el 80 por ciento (%). Lógico, por tanto, que algunas pacientes tarden en conocer el resultado de su prueba diagnóstica.
A esto se suma la inestabilidad de la recogida de contactos de confirmados. Solo el 13% de los 660 que debían ingresar en centros de aislamiento fueron hospitalizados, de un total de 950 identificados (a razón de diez personas como promedio por cada positivo).
En el municipio cabecera, donde radica la mayor concentración de casos en los últimos 15 días (290), la tasa de incidencia muestra un preocupante 334.74 por cada 100 mil habitantes e invita a repensar la efectividad de las medidas adoptadas en cada lugar. No solo en cuanto al paso de un municipio a otro, también en la desmesurada movilidad en el casco urbano.
Sin embargo, según el Informe de Vigilancia Epidemiológica de la Dirección Provincial de Salud, el día 2 de julio sólo pesquisaron el 63% de la población en la Villa Roja y, aún así, encontraron 123 pacientes con síntomas sugestivos a SARS-CoV-2; mientras 17 acudieron de manera espontánea a la atención primaria de Salud.
Entristece, además, la falta de conciencia laboral por parte de administrativos y trabajadores que mantiene activos -hasta este fin de semana- 11 eventos institucionales: situados en Mariel (2), Guanajay (2), Caimito (2), Artemisa (2), Bauta (1) y San Antonio (2).
El municpio en el cual la población tiene mayor probabilidad de enfermar es Candelaria, que esta semana cerró con una tasa de incidencia de 497.28 por cada 100 mil habitantes.
Por otra parte, desde la semana anterior, el Campamento Internacional Julio Antonio Mella, la sede fundacional de la Universidad de Artemisa y las escuelas Mártires de Humbolt 7 y Rubén Martínez Villena asumieron la responsabilidad de hospitalizar a pacientes positivos ante la necesidad de crear nuevas capacidades de ingresos.
¿Gris? No, con pespuntes negros está Artemisa. La Habana declaró hace dos semanas la circulación de la cepa Delta, también conocida como variante india. Con nuestra provincia tan cercana a la capital, el cuidado debe ser mucho mayor, más ahora que los números son desalentadores y la fatiga pandémica baja la guardia de algunos, de ahí que los nuevos protocolos sanitarios se ajusten al contexto actual.