Sería realista si solo me ciño a los resultados. O tal vez no lo sería. La candelariense Idalys Ortiz finalizó quinta en el Campeonato Mundial de Judo de Budapest, Hungría, y se quedó sin medallas. Es un hecho. También por primera ocasión en 18 combates cedió ante la brasileña Maria Suelen Altheman. Pero esa no es toda la verdad.
Revisemos otro hecho: la número uno del ranking del orbe, triple medallista olímpica y bicampeona mundial, se presentaba a una lid en la que no intervinieron sus dos principales adversarias, los escollos más difíciles a superar en la próxima cita de Tokio, la japonesa Akira Sone y la francesa Romane Dicko.
El certamen parecía la oportunidad perfecta para sumar un título más a su abultado medallero. Desde luego, pensar que era asunto de coser y cantar sería subestimar a otras rivales, como Sarah Asahina, también de la Tierra del Sol Naciente, quien le asestó su cuarta derrota en siete peleas y, a la postre, obtuvo su tercera corona planetaria.
Interesante. Ahora sumemos otro hecho: desde el 21 de febrero de 2020, cuando ganó medalla de bronce en el Grand Slam de Dusseldorf, Alemania, la artemiseña no ha conseguido incrementar su palmarés. En el Masters de Doha, Qatar, cayó eliminada en su primer desafío, y ahora perdió dos veces: por el pase a discutir el título, contra Asahina y por el bronce, contra Altheman.
Son hechos. Sin embargo, para ser completamente objetivo habría de mencionar que la derrota en Doha ocurrió tras varios meses sin competir en torneos oficiales, y Lali recién había perdido a su padre. Ahora, nuevamente, la falta de fogueo internacional ha limitado su preparación.
No sucede solo que el judo no ha organizado tantos torneos como acostumbra, a causa de la pandemia, ni que Cuba no pudo participar en buena parte de estos, sino también que la propia Idalys enfermó de COVID-19 y no tuvo oportunidad de competir donde lo hicieron sus compañeras de equipo.
Aun así, la artemiseña subió con ganas al tatami y rápidamente avanzó en el organigrama, a costa de la polaca Paula Kulaga y Anzhela Gasparian, representante de la Federación Rusa. ¡Dos ippones en menos de dos minutos, sin recibir penalidad en su contra! El trabajo en el suelo rindió frutos ante ambas.
Le siguió otro ippón a la francesa Julia Tolofua. Tras un wazari, logró el triunfo una vez más desde el suelo.
Y entonces, en semifinales, la japonesa Asahina aprovechó un desbalance y la empujó hasta conseguir wazari. Habían terminado el tiempo reglamentario igualadas con dos penalizaciones. Algo similar le ocurrió con la brasileña, ya en el séptimo minuto del tiempo extra, cuando Altheman tenía dos shidos en su contra e Idalys atacaba con fiereza.
Esa es toda la verdad. Apenas queda añadir que estos reveses no tendrán un sabor tan agrio, si un fogueo de tal calibre depara las victorias esperadas en Tokio.