Como bien usted imagina, el carbonero desarrolla un trabajo muy duro bajo situaciones meteorológicas de todo tipo. Durante 24 días, tiempo de elaboración del carbón, no hay chance para el descanso ni el sueño, aun cuando el producto envasado más tarde repose en los umbrales de un almacén.
En 2020, unas 351 toneladas de carbón vegetal de la Empresa Agroforestal Costa Sur, ubicada en San Cristóbal, no encontraron salida para la exportación a causa de las leyes y regulaciones del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.
Según Libeydys Prieto, directora del departamento de Técnica y Desarrollo de la empresa, la disminución de la entrada de navieros a puertos cubanos, debido al bloqueo y los estragos de la crisis sanitaria mundial, hicieron que el Gobierno estableciera prioridades a las salidas de exportación y garantizara la comercialización de productos de mayor impacto para la economía.
Esta circunstancia provocó hacinamiento de carbón en los almacenes de los exportadores Cítricos Caribe, Cimex y del propio productor, con una repercusión negativa en la planificación económica de la empresa, agrega la especialista.
“De 552.6 toneladas en 2020, solo colocamos en el mercado internacional el 36%, lo cual retrasó la adquisición de 105 mil 400 pesos en moneda libremente convertible (MLC) y un equivalente en pesos cubanos de dos millones 500 000, destinados al aseguramiento y pago del salario a los trabajadores, entre otras cosas”.
Si bien no existen pérdidas, porque el valor de la mercancía permanece intacto, aun cuando no haya salido de la frontera nacional en el tiempo previsto, este estancamiento tiene efectos sobre el plan para 2021.
“De 540 toneladas para exportar durante el año en curso, hasta la fecha se debieron producir y comercializar unas 300, cifra incumplida en casi el 20%, lo cual frena una vez más la adquisición de 102 000 pesos en MLC”, insiste.
“Pese al reconocimiento de los importadores estadounidenses de la alta calidad del producto cubano, las ventas en ese mercado entre abril de 2019 y marzo de 2020 apenas alcanzaron 80 toneladas métricas. Y las potencialidades de exportación son mucho mayores”, asegura el último informe de Cuba contra el bloqueo.
Las demandas contra distribuidoras minoristas de carbón vegetal cubano en el mercado estadounidense, al amparo del Título III de la Ley Helms-Burton, redujeron notablemente las posibilidades de venta del producto. Para el Tío Sam, hasta los carboneros son el enemigo.
No obstante, este rubro tiene una elevada demanda en el comercio internacional, con marcado interés entre clientes de Europa y Asia, mientras en el orden interno la práctica se multiplica como resultado de los beneficios económicos para los productores.
Por eso en la provincia de Artemisa ultiman detalles para inaugurar la primera planta (junto a otras tres concebidas en Cienfuegos, Camagüey y Santiago de Cuba) dedicada a la selección, envase y exportación de carbón vegetal.
Desde el occidente cubano, justo en Bauta, acopiarán y empacarán más de 20 000 toneladas anuales, con un ingreso estimado de ocho millones de dólares, símbolo de la creatividad y la resistencia cubana frente a la crueldad de quienes insisten en intentar doblegarnos.
Aquí poco importa si traes la cara oscurecida por el carbón y ropas manchadas por la maleza, o vistes el blanquísimo atuendo del doctor. No existe un solo cubano que no sufra las dañinas consecuencias del bloqueo. Esa política lacera la cotidianidad de las familias, impacta en cada sector de la economía y daña todo proyecto de desarrollo social, pero no consigue rendirnos.