La nostalgia hizo una parte y el amor por el terruño la otra, a lo cual se sumó la necesidad de expresarse mediante la creación artística. Entre instantáneas que le acompañan de la tierra que lo vio nacer y crecer, las proporcionadas por amigos y otras compartidas en las redes sociales, fueron surgiendo las obras.
“De la Atenas de Grecia a la Atenas de Occidente”, como bien asegura el joven artista Oniel Rodríguez López, llegó a la Galería de Arte Orlando Nodarse la exposición personal A mi Guanajay querido, que desde el 4 de junio convida a un encuentro con este pueblo, sus parques, sus puentes… a partir de las artes plásticas.
“Las obras surgieron poco después de llegar a Atenas, quizás derivadas de la añoranza. En un principio fueron dos o tres; luego, decidí dedicarle tiempo y empeño a la serie. Tras estar listos todos los trabajos, me pregunté qué podía hacer con estos, y así nació la expo.
“El pintor Gerlys Álvarez Chacón y Mayrelis Pérez Pumariega, la directora de la galería guanajayense, me impulsaron a realizar esta pequeña pero significativa muestra para mí”.
Un total de 16 reproducciones, en su mayoría acuarelas, que convergen con tres piezas concebidas con café y una en la que emplea acrílico, conforman la exhibición.
“Elegí paisajes que a mi parecer son de los más conocidos y pintorescos. Quiero que quien vea una de mis obras pueda reconocer fácilmente un pedacito de Guanajay; por supuesto, quien lo conozca. La muestra está especialmente dirigida a su gente, a quienes amamos nuestra ciudad natal.
“Guanajay significa mucho para mí. Mi pequeño hijo también nació ahí; mi familia es guanajayense, al igual que gran parte de mis amigos. Mis pasos iniciales como estudiante de arte, mis primeras exposiciones y otras que vendrían después fueron en ese sitio. Allí conocí a mi esposa y, además, la enamoré en ese bello parque que nunca olvido”.
Próximamente, preparará una segunda exposición en Grecia, a la que piensa nombrar Patria. “El tema principal estará dedicado a mi nación, y puede que incorpore elementos del lugar donde vivo, como una manera de resaltar los 200 años de independencia que recién acaba de cumplir el pueblo griego”. Y es que Oniel lleva su pedacito de tierra donde quiera que esté, e intenta reflejarlo de la mejor manera que sabe hacer.