Abandono, indiferencia u olvido. Puede que haya muchos culpables de que solo esté ejecutado, desde 2004, el 34 % del Laboratorio Provincial de Ortopedia Técnica. No obstante, abundan calzados, artificios, ayudas técnicas y pacientes sin tiempo que perder.
Un accidente a los 15 años le arrebató parte de su pierna izquierda a Lázaro Gómez Torres, pero no la fe en la vida y el deseo de ser útil. Miembro del Consejo de Dirección Provincial de la Asociación Cubana de Limitados Físico-Motores (ACLifim), este artemiseño encuentra, en el Laboratorio de Ortopedia Técnica del territorio, respuesta satisfactoria a su condición.
“Aquí siempre se puede”, sostiene Lázaro, “aunque escaseen los recursos. Nunca me han dejado sin calzado. Este colectivo garantiza la fabricación y reparación de los zapatos de nuestros asociados, quienes no tienen quejas de la atención.
“Sí resulta urgente resolver el problema constructivo”, afirma, mientras Miriela Pérez Uncal llega en busca de su faja de liposucción de tela, después de ser operada de hernia. Y entonces la oficina del director se convierte en probador y salón de reuniones al unísono, conminados por la necesidad de complacer al paciente y respetar su pudor.
“Todos me han tratado muy bien, y en primer lugar el director”, opina la marieleña, al destacar la educación y respeto del personal y de su líder, Osvaldo Cabañas Vargas, especialista integral de calzado, quien acumula 29 años en esta actividad tan humanitaria, donde reducen de 30 a diez días el ciclo de entrega.

Saltar con impulso propio
Antes estaban dedicados exclusivamente a la fabricación de calzado ortopédico especializado para pacientes de varios municipios; mas, la voluntad de saltar cualquier barrera los ha llevado a la confección de una veintena de artificios, medios para la venta directa al pueblo y ayudas técnicas que gozan de aceptación por parte de personas discapacitadas, combatientes y familiares, y la población en su conjunto.
“Por eso nos encontramos entre los mejores establecimientos del país”, subraya Cabañas Vargas, exponente del compromiso que eso representa para él y su colectivo, propuesto a recibir la condición Colectivo Moral, que otorga el Sindicato de Trabajadores de la Salud.
“Llegué al sector en 1992, cuando pertenecíamos a la Empresa de Comercio; en 1994 nos trasladaron a la Industria Ligera, hasta que en 2004 pasamos al Ministerio de Salud Pública”.
En la actualidad forman parte del Centro Nacional de Ortopedia Técnica (CNOT), radicado en La Habana, y desde la Villa Roja, anterior a la creación de la provincia, ya prestaban servicios a los actuales municipios artemiseños.
Precisamente de 2004 datan el proyecto y el permiso constructivo del local, que comenzó a ejecutarse en 2019 y solo llega al 34 por ciento hasta la fecha, a partir del cambio de puertas y ventanas en oficinas y almacén, así como la construcción de otro para depositar ayudas técnicas y artificios que se comercializan de forma directa a la población.
También se construyó un cuarto para la confección de bandajes, fajas, collarines (no ofertan ahora), entre muchos otros medios de una gama amplia. Ya disponen de la oficina de Recursos Humanos y Producción; falta ejecutar el área de venta, el cuarto de equipos y hormas, baños de trabajadores y pacientes y un comedor-pantry, además de salón de reuniones.
El director explica la importancia de dividir el espacio del taller para una futura recepción, donde el usuario pueda aguardar a gusto su pedido o esperar por la toma de muestras en un local privado.
La filtración de los techos en el taller puede apreciarse pese a la intensa sequía, pues la mancha deja su huella inconfundible y delata la espera de la manta impermeabilizadora.
De a poco se hace en el laboratorio, fuera de planes de la economía e impulsos constructivos, en tanto mucho ahorra el viaje a Cuba-RDA en la capital, cuando la COVID-19 cierra fronteras y disponemos tan cerca de ingenio, pertenencia y tradición, capaz de hacer también corsés de contar con mayor amplitud para ubicar el equipamiento, pese a la alta demanda.
Sin embargo; “por lo general he chocado contra la indiferencia de ciertas autoridades. Muchos dicen que no somos de aquí; que el CNOT debe asignarnos recursos”. Tanto el Intendente municipal como la dirección provincial de Infraestructura desconocen, incluso, el proyecto constructivo. Entonces se pregunta Osvaldo: “¿a quiénes atendemos: habaneros o artemiseños?”.
Desgarradora y desafiante
Ignoro su nombre y apellidos, y aunque los supiera, tampoco podría revelarlo a sus espaldas. Solo conozco la historia desgarradora que le acompaña. Veintisiete años, sin una de sus piernas y su mamá encamada, un joven artemiseño agradece a la inventiva criolla la terminación de una nueva prótesis, en la que laboró el hormero Julio César Cabañas.
A la función habitual de tomar medidas y crear hormas de acuerdo con las deformidades óseas del paciente, sumó el desafío de confeccionar la prótesis de pie amputado, que importa CUBA-RDA y demora tanto como se conoce.
Un anciano que camina con los tobillos, otros con intensa deformación de sus miembros inferiores o acortamiento…, a cada persona, una solución lo más decorosa posible.
¿Quién dijo que la discapacidad riñe con la estética?, me hace reflexionar Santiago Galbán, a prueba de fuego en 17 años, absorto en el diseño de una sandalia para quien ha sido amputado por diabetes y quiere andar cómodo en casa.
“Resulta difícil debido a la escasez de pieles, suelas de polifón (más cómodas que las multiporo), herramientas para la impresión de elementos decorativos en el zapato y ausencia de cordones”. En cambio, como buen cubano, inventó un marcador de plantillas que facilita su confección; después la perfora si el paciente tiene llagas y así evita el roce. Intenta crecerse ante las dificultades.
Variantes que ajustan sueños
Olga y Magloiris hacen lo suyo detrás de las máquinas de coser, atareadas en la confección de bandajes, cojines de freika y otros muchos artificios, que en no pocos casos requieren alternativas ante el agotamiento de piezas importadas, como broches de enganche y peguetas, en el caso de fajas metálicas y de tela.
“Les hacemos cintas de la misma tela a las fajas abdominales y lumbares, una variante bien aceptada por los clientes, e introduje una cinta de algodón junto a la axila, en las bandas de recordación, para detener o corregir sifosis”, revela el director, quien acumula vasta experiencia.
“Con estos medios, contribuimos a aliviar dolencias, corregir deformaciones, suplantar la figura de un órgano extirpado y evitar enfermedades como la displasia de cadera, que un día me percaté apenas se diagnosticaba o me llegaban pacientes muy avanzados en su padecimiento.
“Si se recetara antes del primer año de vida el cojín de freika, que mantiene a los pequeños con los pies abiertos, y la férula Dennis-Brown, que permite corregir la rotación interna y externa de extremidades inferiores, ¿cuánto dolor le ahorraríamos después a esa familia?
“Debería existir una consulta de Ortopedia en la instalación, que nos permita trabajar más unidos, tomar decisiones más acertadas, por el bienestar de los pacientes”, considera Cabañas Vargas, discípulo indirecto de Álvarez Cambras, a través de uno de sus tantos seguidores.
Estos artesanos de la salud merecen lo mejor, sin desoír miles de prioridades. Tal vez demore la hora exacta; quizás haya que esperar contextos mejores. Solo confiemos que no sean otros 17 largos años, tras un portón de cinc.
