Desde bien temprano en la mañana el ajetreo es constante. El sonido de las máquinas “adorna” el entorno, y se funde con el de los martillos dando nuevas formas al hierro. Chispas por aquí y por allá, un taladro en el fondo o pintura por doquier…
Así es un día cualquiera en la güireña planta de la Industria Mecánica Caribe (IMECA), donde sus trabajadores hacen “magia” con el acero, pues a partir de pesadas planchas y vigas dan vida a un sinnúmero de máquinas, insumos agrícolas o productos útiles para la vida diaria.
El año 2020, bien duro en todos los sentidos, les demandó aun más ingenio y esfuerzo, para que la empresa no se detuviera ante la escasez de materias primas y el impacto de la COVID-19. Pudimos conocerlo en conversación con Osvaldo Gómez Muñoz, director de la entidad.
“A pesar de los obstáculos, nos mantuvimos siempre en marcha. Produjimos varios tipos de remolques para la agricultura (sobre todo cañera y arrocera) y la ganadería, moldes de bloques, bancos de metal y hormigoneras para la construcción…, e incluso, brindamos muchos servicios de reparación a equipos nuestros con varios años de explotación.
“Gracias a eso, se pudo garantizar el salario de los trabajadores y que la empresa concluyera el calendario con utilidades, sin descuidar las medidas sanitarias para evitar la COVID-19”.
El 2021 comenzó para todas las empresas cubanas con nuevas oportunidades y a la vez nuevos desafíos. El Ordenamiento monetario “cogió movidos” a algunos. Al momento de nuestra visita, IMECA funcionaba a media marcha: muchos proveedores y clientes aún no establecían sus nuevos precios o revisaban los nuevos contratos.
“El Ordenamiento Monetario y las medidas para el desarrollo de la Empresa Estatal Socialista serán muy beneficiosas para nosotros. Tendremos mayor autonomía y se podrá repartir más utilidades a los trabajadores; eso los incentivará a aportar, producir e innovar más. También podremos buscar parte de nuestro financiamiento, al vender en Moneda Libremente Convertible (MLC).
“Poco a poco los compradores se están acostumbrando a los nuevos precios. No obstante, estamos obligados a buscar más clientes en el mercado nacional, sobre todo en el turismo y la Zona Especial de Desarrollo Mariel, para ingresar MLC, que usaremos en función de comprar insumos”, asegura.
Ante los cambios, en la industria güireña no se quedan de brazos cruzados. Iniciativas y productos casi inexistentes en el mercado nacional toman forma gracias al ingenio de sus trabajadores, y pronto serán una alternativa para los productores, nuevos clientes potenciales.
“Fabricamos un multiarado que traerá muchos beneficios a la agricultura y que (junto a otros implementos) se venderá próximamente en las tiendas en MLC. También llevaremos hormigoneras, y estamos trabajando en un prototipo de jaula para la cría de conejos que, en un futuro, igual se ofertará en esa red y a las empresas que deseen adquirirlas”.
Además del sinfín de proyectos, IMECA debe cumplir con su aporte a la economía nacional, en la sustitución de importaciones; a eso contribuye la fabricación de las limpiadoras de playa, utilizadas en los polos turísticos, y los varios tipos de remolques agrícolas y ganaderos.
Asimismo, ahorran miles de dólares al país sus chasis de montacargas, las piezas de repuesto de grandes industrias… y cuanto sean capaces de ingeniar sus trabajadores, quienes aprovechan cada una de las máquinas disponibles para darle vida –y valor agregado- al metal.