De acuerdo con el último informe del Instituto de Meteorología (Insmet) sobre el estado de la sequía en el archipiélago cubano, correspondiente al mes de marzo, el 61% del territorio nacional cerró con déficit en los acumulados de lluvias.
Los descensos se concentraron principalmente hacia la mitad más occidental del país, y la provincia de Artemisa resalta entre las de mayor extensión y severidad de las áreas afectadas, junto a Pinar del Río, La Habana y Cienfuegos.
Esta circunstancia repercute sobre la estabilidad de los embalses y de la cuenca hidrográfica Ariguanabo, cuyo estado desfavorable ha hecho saltar las alarmas, tras registrar el nivel estático promedio más bajo en los últimos 30 años (20.69 metros), según cifras ofrecidas por la Dirección Provincial de Recursos Hidráulicos.
Ariguanabo está calificada como de interés nacional, debido a su gran implicación tanto para las formas productivas como para la población que abastece. Comprende una superficie de 188 kilómetros cuadrados, y abarca parte de la geografía de San Antonio de los Baños, Bauta y Caimito.

Según lo establecido en el Artículo 9 de la Ley 124/17 de las Aguas Terrestres, “la protección de las cuencas hidrográficas en Cuba, sobre la base del desarrollo sostenible, de una adecuada gestión ambiental y de la concientización a todos los niveles y en la propia comunidad, dada su importancia, constituye una prioridad”.
Por eso se implementan acciones dirigidas a conservar, proteger y prevenir su deterioro.
Manejo sostenible de la tierra
Pedro Luis Martínez es uno de los productores en San Antonio de la Baños que renunció a los cultivos de ciclo largo, para garantizar un manejo adecuado del recurso frente al déficit hídrico en la zona.
En consecuencia, aprovecha sus dos caballerías de tierra a partir de la diversificación productiva y da prioridad a cultivos con menor demanda de riego durante los períodos de escasez, como el maíz, la yuca y la calabaza, muchas veces apoyado en policultivos.

Dispone de un “enrollador” mediante el sistema de aspersión: entre sus ventajas destaca el ahorro considerable de agua, respecto a los sistemas de aniego o la distribución por surcos, además de ser una técnica con resultados probados en pequeñas extensiones de tierra.
Pero la bomba que utiliza Pedro Luis para el riego y abasto de agua tiene una descarga de ocho pulgadas, mientras el cañón de su enrollador solo consume dos. Esta contradicción duplica la importancia de revisar las características otorgadas por la Empresa de Proyecto a cada una de las obras de captación, para revertir la sequía operativa.
Una manera de restituir este daño sería otorgar al productor tres enrolladores de riego más; así la turbina trabajaría a su máxima capacidad, explica Lázaro René García, director de la Empresa Agropecuaria de San Antonio.
Sin embargo, sobre la agricultura local no solo incide negativamente el estado desfavorable de la cuenca. “Se suman las limitantes de un sector que sufrió afectaciones por más de 350 millones de dólares en 2020, a causa del bloqueo del Gobierno de Estados Unidos a Cuba” amplió el director.
Panorama complicado… y remediable
De las 2 600 hectáreas cultivables de la referida Empresa Agropecuaria, 930 se ubican sobre la Cuenca Ariguanabo, una importante extensión de tierra que compite con los compromisos de abasto a la capital y el extremo climático en el cual nos ha situado la sequía.
“Ante esta situación, desde la Agropecuaria local apostamos por los cultivos más rústicos. Hemos cambiado a secano nuestras estructuras de riego, y en la actualidad impulsamos un plan de siembra de más de 350 hectáreas de plátano burro y fruta con riego localizado”, afirma García.
“Se trabaja en la preparación de las áreas de las primeras 100, con el objetivo de alcanzar un mayor rendimiento”.
Igualmente, el directivo otorga sobrada importancia a los preparativos de las tierras de secano, para lograr un mayor aprovechamiento de los meses de lluvia.
“También toman valor las acciones e inversiones ejecutadas por la Dirección Provincial de Recursos Hidráulicos, en tanto se planifican proyectos para la agricultura con fondos de inversión extranjera”, sostiene.
En la actualidad avanza el programa de metraje, que propone la instalación de medidores de agua a cada uno de los clientes de la cuenca, para el uso racional de este recurso. “Ya fueron instalados 134 metros contadores, de los 218”, informa Ernesto Morales Chirino, especialista de Servicios Hidrológicos de la Dirección Provincial de Recursos Hidraúlicos.
El desarrollo tecnológico, económico y social depara a la humanidad el desafío de conservar y utilizar racionalmente los recursos naturales. En un planeta donde recientemente han ocurrido cambios tan drásticos, no pocos gobiernos adoptan medidas en pos del deseado equilibrio.
Tampoco es secreto ni noticia que el uso racional del agua es uno de los grandes retos mundiales, agudizado por los efectos del cambio climático. Tan solo carecer de agua potable cuesta la vida a millones de personas al año.

las alarmas, tras registrar recientemente el nivel estático promedio
más bajo en los últimos 30 años: 20.69 metros
Diversos son los problemas relacionados con su gestión en Cuba: el bajo volumen disponible por habitante, la insuficiente reposición anual de los recursos hídricos, ineficiencia en el uso y las pérdidas en las redes de distribución y consumo, figuran entre los más apremiantes.
El poeta y ensayista británico W. H. Auden sostenía que “miles de personas han sobrevivido sin amor; ninguna sin agua”. Por eso, es preciso manejarla como una de las riquezas más preciadas; de modo que el Estado cubano enfrenta el ataque de la sequía con ciencia, seguimiento y determinación.
No puede suceder aquello que decía Einstein de “¿qué sabe el pez del agua donde nada toda su vida?”. Hay que educar a todos cuantos se sirven de la cuenca y encarar el asunto desde cada ángulo.