La cañandonga, de nombre científico Cassia grandis L y conocida también como caña fístula cimarrona, es un árbol que crece de manera silvestre a lo largo del país, sobre todo en el Oriente.
A las hojas y frutos se les atribuyen propiedades antianémicas, antimicóticas, antisépticas, astringentes, depurativas, diuréticas, estimulantes, laxantes, sedantes y tónicas. Mientras, la raíz tiene cualidades febrífugas, purgantes y tónicas.
Una infusión con sus hojas, frutos y corteza permite tratar la anemia, hemorragia nasal, enfermedades del hígado, infecciones urinarias, resfriado y tos. El ungüento obtenido de sus hojas combate afecciones dermatomucosas como el herpes, la tiña, llagas o el vitiligo.
A la raíz se le extrae un líquido antiséptico para curar heridas y la corteza sirve como cicatrizante.
Puedes preparar tu propio jarabe: en un litro de agua; pon a hervir, de cinco a 15 minutos, dos cucharadas de la pulpa del fruto, un puñadito de hojas frescas o secas finamente pulverizadas y cuatro cucharadas rasas de azúcar. Filtra con una tela antiséptica, déjalo refrescar y toma una taza antes de acostarte.
No deben utilizarlo pacientes con hemorragias, embarazadas, madres que lactan o niños menores de cuatro años.
Excelente información gracias
Esta muy buena la información debía extenderse su cultivo
FeliitacionesYailin me encantó el articulo.publica màs.gracias