¡Necesito un psicólogo!, puede ser de las solicitudes de muchos, ante este aislamiento social, el trabajo a distancia, la dependencia informativa, la ausencia de actividades recreativas y deportivas, los niños siempre en casa, las teleclases: ante la COVID-19.
Y Johan Michel Mayo Sánchez suele ser de esas personas que te acompañan, motivan y enseñan, pues no podría ser de otra manera desde su posición de psicólogo y presidente del capítulo provincial de Psicología de la Salud.
Un grupo de WhatsApp lo trajo hasta mí, mientras el teletrabajo me ocupa, justo desde un sitio que desborda atenciones sin límites en estos tiempos de pandemia, pues determinadas situaciones desmoronan hasta el más fuerte de los humanos.
No hubo sonrisas visibles en nuestro diálogo, marcado de principio a fin por los protocolos de reducción de riesgos. Sobraron sin embargo, las respuestas certeras y enternecedoras.
“El modelo de Psicología de la Salud en Cuba tiene entre sus objetivos la intervención psicológica en tiempo de desastre, ¿la COVID-19?, pues, sí- sin dudas- una de las mayores catástrofes vividas por la humanidad.
“A nuestros servicios llegan personas con angustias, con temores y les brindamos la mejor de las atenciones. Entre tantas experiencias recuerdo una vivida en el Centro de Aislamiento de la Universidad de Artemisa (hoy Hospital para pacientes asintomáticos), con una persona que presentaba un cuadro psicológico muy complejo, sin embargo, no solo lo superó, pasado un tiempo se incorporó a uno de nuestros grupos en redes sociales y agradeció por el apoyo recibido, y créame, eso reconforta con creces.
Descubres que valió la pena el tiempo que estuviste lejos de la familia y de las comodidades del hogar, para ayudar.
“Desde lo psicológico, esta pandemia es bien difícil porque implica cambios en el modo de actuar de las personas. Se modifican nuestros hábitos, la manera de relacionarnos, nuestra cotidianidad… el término Nueva Normalidad se ajusta a la realidad de los cubanos que estamos obligados a reaprender nuevas maneras de vida, desde el saludo, evitando contacto físico, hasta el uso del nasobuco, como necesario medio de protección y la responsabilidad del trabajo a distancia, por citar solo a lgunas alternativas. “Podemos evitar contagiarnos, pero las secuelas psicológicas alcanzan a toda la sociedad, y los psicólogos hemos de trabajar fuerte para prevenir los efectos, trabajar por el bienestar de las familias.
“Mantenemos las consultas, de hecho se incrementan porque además de las presenciales, asumimos otros retos. Desde la plataforma de Facebook, los internautas pueden acceder a través de la página del Capítulo Provincial de Psicología para la Salud, donde se publican los enlaces de WhatsApp y así acudan a los diversos grupos (PsicoApoyo/Covid-19, Psicología y Bienestar, PsicoAriguanabo y PsicoArtemisa).
También ofrecemos consulta telefónica, a través de la línea 103, libre de costo y habilitada las 24 horas.
“Nuestros estudios, base sobre la cual montamos los nuevos protocolos de proceder psicológico, arrojan que la mayoría de los pacientes contagiados con este coronavirus, quedan con el temor de salir a la calle, por eso es importante entender que la prevención es la mejor manera de ganarle a la COVID-19”.
No esperemos a mañana para reaprender a vivir, con mascarilla, sin muestras efusivas de cariño, manteniendo el distanciamiento físico y respetando las normas de bioseguridad, nos aconseja Joan Michel, un psicólogo que desde su escenario se suma a quienes son muy útiles en estos tiempos para vencerle a la pandemia.